Marcela Padrón, hizo su testamento vital, como recoge la Ley canaria de muerte digna, para evitar morir con dolor y para garantizar que tendría una muerte digna al final de su vida. Ha fallecido en el hospital público Doctor Negrín de Las Palmas de Gran Canaria, después de siete días de extremo sufrimiento para ella y para su familia. No ha servido para nada su testamento vital y la supuesta seguridad jurídica a la ciudadanía y a los profesionales sanitarios del derecho de las personas a una muerte digna.
Marcela Padrón, era personal de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, y desde la implantación, hace casi una década del testamento vital o Manifiesto de Últimas Voluntades, fue la encargada de realizar este documento en la provincia de Las Palmas. Marcela sufría una cáncer linfático, dedicó su vida a luchar por la muerte digna y sin embargo, falleció sufriendo ensañamiento terapéutico, muriendo con dolor.
El testamento vital es un documento de voluntades anticipadas en el que se expresa la voluntad sobre las atenciones médicas que se desean o no se desean recibir en caso de padecer una enfermedad irreversible o terminal. De nada parece haber servido dicho testamento vital para Marcela, porque parece que no vale solo con nuestra voluntad, tienes una muerte digna según el médico que te toque. Amparándose en el «secreto profesional» la clase médica no respeta la autonomía del paciente en su decisión de una muerte digna, pone a la familia en la tesitura de tomar una decisión y lo que es más grave, el comité ético asistencial del Hospital no respeta una voluntad y una Ley de muerte digna.
Desde el 9 de febrero de 2.010, tengo firmada mi Voluntad Vital Anticipada, en la que consciente y libremente, he expresado las opciones e instrucciones en materia sanitaria, en el caso de que concurran circunstancias clínicas en las cuales no pueda expresar personalmente mi voluntad. Solo espero, que por lo menos me dejen ser libre para morir como yo quiera, evitando el sufrimiento para mí y mis familiares, respetando mi dignidad y libre decisión.