Muerte digna.

Andrea, una niña de Noia (A Coruña) de 12 años, ha fallecido este viernes en el Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), donde permanecía ingresada desde el 9 de junio. Andrea desde los ocho meses padecía una enfermedad neurodegenerativa e irreversible, nunca habló, nunca caminó, nunca pudo relacionarse con normalidad. Sus padres no pedían la eutanasia para su hija, reclamaban el derecho a escoger para su hija una muerte digna,

La niña ha muerto después de que el lunes el centro hospitalario accediese a sedarla y retirarle la alimentación artificial, como pedían sus padres,  los facultativos acreditaban que el estado de Andrea ya no tenía marcha atrás, pero la postura de la dirección del centro sanitario, sólo se comprometía a «limitar el esfuerzo terapéutico». Tras una falta de entendimiento, los padres recurrieron a la Justicia y finalmente el equipo de médicos del hospital accedió a la petición de los padres y se le retiró la alimentación artificial.El desenlace era cuestión de tiempo y después de cuatro días, ha llegado.

Ningún padre o madre, desea la muerte de su hija, es una decisión difícil. Y, los médicos se aferran a la ley y a su juramento hipocrático.Son dos posturas antagónicas que lo único que provocan es demorar el sufrimiento del enfermo y de sus familiares ante una enfermedad irreversible. La ley debe respetar la decisión del paciente, si es menor, deciden sus padres. La moral y la ética del paciente tiene que prevalecer sobre la de los profesionales sanitarios, porque somos nosotros los que tenemos que escoger nuestro derecho a vivir o a morir dignamente, para que nuestro derecho a la vida no se convierta en una obligación.

Por eso, es tan necesaria la promulgación de una ley estatal que regule de forma específica la muerte digna, una ley que regule la limitación del esfuerzo terapéutico y permita a los pacientes rechazar un tratamiento que prolongue su vida de manera artificial, especialmente cuando se padezca un deterioro irreversible y un sufrimiento insoportable. Cuando se habla del derecho a morir dignamente,aparece el concepto eutanasia, que es un procedimiento para ayudar a morir, de forma rápida e indolora. Aparecen los conceptos éticos, morales y filosóficos sobre el derecho a la vida y a disponer uno de ella. El derecho a la vida significa mi derecho a escoger mi muerte digna. Nadie debería tener el derecho a imponer la obligación de seguir viviendo a una persona que, en razón de un sufrimiento extremo, ya no lo desea.

Deja una respuesta