Se ha culminado una reforma antifeminista para enmendar la ley de Libertad Sexual, con el acuerdo alcanzado por el PSOE con el Partido Popular, Ciudadanos y Junts. Una reforma para poner un parche sobre las rebajas de condenas a violadores, que según el CGPJ, se han producido cerca de 1.000 rebajas de condenas y casi un centenar de excarcelaciones. Un problema que ha centrado la actualidad política, mediática y social y que el PSOE ha accedido más por cuestiones electoralistas que jurídicas. Un asunto en el que existe una absoluta ignorancia sobre el porcentaje de rebajas en relación al total de revisiones, la cuantía y las excarcelaciones. Se ha querido crear un escenario de pánico, por parte del PP, de «excarcelación de violadores». Una ley por un procedimiento de urgencia sobre un problema basado en los titulares de los medios de «otro violador excarcelado».
La reforma de la ley es para hacer frente a los «efectos indeseados» de la aplicación de la ley, pero lo que no nos dicen es que no puede resolver este problema, porque sobre las rebajas y excarcelaciones no se puede hacer nada, y lo saben. La nueva norma sólo tendrá efecto sobre los delitos sexuales que se produzcan a partir de su entrada en vigor. No se puede afirmar que la ley del solo sí es sí baja las penas, porque no se ha podido constatar y no se ha dejado a la norma desplegar su capacidad para demostrarlo. El Gobierno hubiera tenido que esperar a que se pronunciara el Tribunal Supremo, marcando jurisprudencia. La ley del solo sí es sí aunó dos delitos distintos en uno solo, ahora la reforma de la ley en un intento de incrementar las condenas. Copiando el cuadro de penas del Código Penal anterior a la aprobación a la ley y que reintroduce en la norma los conceptos de violencia e intimidación que se habían eliminado en favor del consentimiento.
Pedro Sánchez no ha soportado la presión de rebaja de condenas anunciadas por algunos tribunales y aireadas en los medios de comunicación y ha preferido acceder a pactar con el PP ante el 28-M y de cara a las elecciones generales de fin de año. No le ha importado romper con la mayoría de los grupos que apoyaron la investidura del Gobierno. Una reforma antifeminista con el apoyo del PP, un partido que nunca ha votado a favor de la igualdad y de las mujeres.