La derecha, lo hace siempre que hay elecciones, intenta resucitar a ETA y también denunciar los pactos entre Bildu y el Gobierno de España. Los católicos creen en la resurrección de los muertos porque Cristo resucitó, quizás por eso, la derecha se empeña en resucitar a un muerto. Porque ETA anunció el “cese definitivo” de su actividad terrorista el 20 de octubre de 2011. Fue derrotada por el Estado de Derecho, vencida como banda terrorista, otra cosa son sus ideas o su proyecto político. Cuando se habla del terrorismo etarra, nos atrapan las emociones, después de cinco décadas de terror, atentados, secuestros y víctimas olvidadas en reconocimiento y reparación.
El final de ETA fue el resultado de la acción combinada de distintos factores y circunstancias, desde una eficiente presión a nivel político, judicial y policial, sin olvidar los errores estratégicos de la banda. En sus orígenes, ETA contó con el apoyo de parte de la población vasca, al ser considerada una organización que luchaba contra el franquismo. Tras la aprobación de la Constitución y el Estatuto de Autonomía del País Vasco, ETA perdió gran parte de sus apoyos sociales. Aunque, la “guerra sucia” del Estado, contribuyó a “reforzar” a ETA en un momento en el que estaba muy debilitada. Lo que al principio fue una lucha contra el franquismo, unas reivindicaciones nacionalistas y una lucha de resistencia contra las fuerzas militares y de seguridad del Estado español, se convirtió en la «socialización del sufrimiento», terrorismo contra personalidades de la vida civil, para extender el miedo a toda la sociedad vasca y española. Los atentados islamistas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y del 11 de marzo de 2004 de Madrid, fueron también definitivos para acabar con la valoración de la lucha armada terrorista por parte de la sociedad vasca y la culpabilización definitiva de ETA. No tenían otra salida, que el cese definitivo.
El triunfo contra ETA es de toda la sociedad, sin siglas de partidos, porque tanto los gobiernos del PSOE como los del Partido Popular, llevaron a cabo negociaciones para acabar con el terrorismo etarra. Todos coincidieron que las reivindicaciones era preferible hacerlas desde un escaño y no asesinando. Bildu es un partido de la izquierda abertzale o nacionalismo vasco de izquierda, considerado heredero de Batasuna, que rechaza el uso de la violencia, incluida la de ETA, y apuesta únicamente por la vía democrática. Y, en democracia, cada partido político elabora sus listas como quiere. EH Bildu ha incluido 44 integrantes que estuvieron condenados por pertenencia a ETA. Que puede ser una elección poco ética pero totalmente legal, porque ya han cumplido sus penas de inhabilitación y por lo tanto se restituyen a la persona los derechos suspendidos o restringidos por la sentencia. La derecha ataca a EH Bildu e incluso pretenden su ilegalización, aún siendo la segunda fuerza del Parlamento vasco. Y, además, recriminan a Pedro Sánchez que acepte su apoyo. Ruido y más ruido para conseguir votos, a consta de querer resucitar a ETA como sea.