Podemos hablar de restricciones de democracia en Venezuela, podríamos citar muchos más con restricciones de democracia, podríamos hablar de Cuba, México, China, Tailandia, Corea del Norte, Arabia Saudita, Siria, Irak, Libia, Nigeria, Yemen, Somalia, Marruecos… y por supuesto también Venezuela por sus restricciones de los derechos políticos, de asociación, de libertad de expresión, de falta de independencia del poder judicial y también por su grandes diferencias sociales. Pero, resulta que en España solo «preocupa» la situación política, social y económica de Venezuela, en plena precampaña en España, parece que hay una despreocupación por los problemas de nuestro país y el intento de desviar la atención con el monotema de Venezuela, por parte del PP, PSOE y Ciudadanos por su supuesta relación con Podemos. Hablar de Venezuela, es criticar a Podemos.
La situación de Venezuela se ha convertido en un tema de confrontación preelectoral en España, primero la visita hace casi un año de Felipe González con el fin de analizar la situación política venezolana y de visitar a los presos opositores, hace una semana el viaje del expresidente Jose Luis Rodriguez Zapatero para mediar entre el gobierno y la oposición venezolana, ahora el viaje a Caracas, del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, criticando la supuesta complicidad de Podemos con el régimen chavista. Y, ayer la reunión del Consejo de Seguridad Nacional, que es el órgano encargado de asistir al presidente del Gobierno en la dirección de la política de seguridad nacional y del Sistema de Seguridad Nacional que debatirá entre otras cuestiones, de la situación económica, política y social de Venezuela, las empresas españolas en Venezuela y los casi 200.000 españoles que viven allí. Venezuela se considera tema de Estado.
De nuevo España quiere ejercer de madre patria en Venezuela, después de más de tres siglos de dominación española sea positiva o negativa, ahora es el momento de arreglar nuestros problemas. Venezuela no es nuestra colonia, ellos no nos pidieron una civilización, ni una lengua castellana, ni una religión católica ahora son libres de escoger o revocar lo que no quieren, sin que nosotros los «utilicemos» en la política española. Nuestra defensa de los valores democráticos debe de ser de todos los países y en contra de todos los regímenes políticos no democráticos. Lo que no es nada ético es la utilización política y mediática de Venezuela para desacreditar los valores democráticos de Podemos, aún aceptando que la indefinición de sus miembros sobre Venezuela también ha ayudado a sus adversarios. España es una cosa y Venezuela es otra, no mezclemos por favor.
Han pasado diez días desde las elecciones generales del 26-J y han desaparecido todas las noticias sobre Venezuela en los medios de comunicación. Por lo visto, ya no es un tema que preocupe, la libertad de expresión, la escasez de alimentos o los miembros de la oposición en la cárcel. Es curioso, que con solo el triunfo del PP o el no triunfo de Podemos, se haya solucionado todo por arte de magia, A los españoles de repente, ya no nos Importa ni Venezuela ni Grecia. No nos importa o no les importa a los medios de comunicación la calidad de su democracia, si hay desigualdad o corrupción. ¡Bendita hipocresía!