Se denomina caducidad cuando un elemento caduca, deja de existir o pierde su integridad, las noticias que durante todo este año han llenado portadas de periódicos, programas de radio y de televisión, han sido tendencia en las redes sociales, tienen un denominador común: todas han tenido fecha de caducidad muy corta. Una noticia solapa a otra: una catástrofe natural, un atentado terrorista, una noticia política, un acontecimiento deportivo, la sentencia de un juicio…
Pasamos de una noticia a otra, por la lucha de los medios de comunicación, por la difusión inmediata de un hecho, la inmediatez de los medios de comunicación y las redes sociales hace que todo pase de ser noticia, muy rápido, su período de caducidad es muy corto. Nos llegan noticias de todos los sitios: redes sociales, internet, medios de comunicación… Nos llegan cantidad de cosas que no podemos seleccionar, que no sabemos las que son verdad o mentira, las que tienen algún interés partidista en variar nuestra opinión. El exceso de noticias nos provoca amnesia, nos olvidamos demasiado rápidamente de una noticia por otra nueva.
Un año 2017 lleno de noticias como: la influencia rusa en las elecciones de Estados Unidos de 2016; el engaño de emisiones de Volkswagen; la publicación de miles de documentos de Wikileaks que detallan programas de de vigilancia de la CIA; el proceso del Brexit en Gran Bretaña; la retirada de Estados Unidos del Acuerdo Climático de París; el desarme de las FARC colombiana; los ataques terroristas de Barcelona o el referéndum catalán…
Tenemos toda la información a nuestro alcance, más accesible, tenemos acceso a todos los conocimientos y muchas veces nos centramos en la búsqueda de noticias irrelevantes, olvidando otras que son más importantes como: el hambre en el mundo, las desigualdades sociales, el terrorismo, el olvido a los refugiados, las muertes incesantes de los migrantes que huyen de sus países, la violencia de género, el paro… Muchas veces tenemos más que información, desinformación, la urgencia de las noticias nos hace olvidar lo importante, que año tras año se queda sin resolver.