Las plazas y calles vacías del 15-M.

Se han quedado vacías las plazas y las calles de nuestras ciudades y pueblos, un virus y las medidas de confinamiento decretadas por el Gobierno de España, son los responsables de este aspecto inusual, casi de ciudades fantasma, con comercios y bares cerrados, sin gente, sin coches, sin ruido, sin vida. El coronavirus llena todos los digitales, las portadas de prensa, los programas de radio y televisión, la gente está preocupada por los contagios, por los fallecimientos, por el colapso de la sanidad, por la falta de recursos, por el futuro que nos espera. El 15-M de 2011, fue por el descontento social provocado por la crisis económica de 2008, los posteriores recortes sociales y las ayudas públicas a la banca, Esas fueron las principales causas por las que miles de personas tomaron las calles y plazas de España, sin olvidar el “No nos representan”, que fue uno de los lemas de la indignación, ante el descrédito de los políticos y de las instituciones públicas .

Ahora, estamos confinados en casa, quizás ante una expectativa económica y social aún más grave, sin poder salir de casa, sin poder llenar plazas y calles, esperando a una desescalada de una crisis sanitaria, para llegar a una realidad distópica en la que hay millones de personas también preocupadas e indignadas, que les espera un pésimo panorama  económico y social. Pero, esta vez se ha adelantado a las protestas los partidos de la derecha, reivindicando libertad y la dimisión del gobierno de Pedro Sánchez, con manifestaciones en el barrio de Salamanca de Madrid. Mientras, destacados dirigentes del Partido Popular y de Vox han defendido unas actuaciones públicas manifiestamente ilegales. Parece, como si fuera un 15-M diferente, con otros indignados. 

La movilización social del 15-M de 2011, quería ampliar los derechos sociales de las personas y proteger los servicios públicos, justo todo que ha escaseado en esta crisis sanitaria del Covid-19, donde hemos encontrado una sanidad pública con recortes, una mayor privatización de la sanidad, unas residencias de ancianos sin medios, una carencia total de camas de UVI, de respiradores, de mascarillas…Nueve años después podrían cantarse los mismos lemas que denotaban un malestar social. Hoy el 15.M se ve demasiado lejano, las urnas han puesto en el poder a un gobierno progresista de coalición, pero que no va a tener la posibilidad de implementar mejoras, porque tendrá que preocuparse de salir de una crisis económica y social de incalculable envergadura. 

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