La tauromaquia es tortura animal.

La tauromaquia forma parte del patrimonio cultural inmaterial, según la ley 18/2013 que estipuló que debía ser protegida, amparándose en el artículo 46 de la Constitución Española. Ahora, el Ministerio de Cultura, gestionado por Sumar, ha decidido prescindir del Premio Nacional de Tauromaquia. Un galardón, que fue creado en 2011 por el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero con el fin de reconocer la tauromaquia como «una disciplina artística» y ahora se suprime con el argumento «de que existe una mayoría social en contra del maltrato animal». La tauromaquia es el arte banal de torturar y matar animales delante de público, en las corridas de toros se tortura y mata a un animal, y por ese simple hecho deberían ser prohibidas.

Si somos objetivos, en cualquier otro sitio que no fuera una plaza de toros, sería considerado delito sin ninguna duda el torturar y matar a un animal. Sin embargo, se considera a la tauromaquia: cultura, arte y tradición. Ni cultura, porque son las costumbres y modos de vida las que contribuyen a que nos desarrollemos de algún modo u otro, pero la crueldad, el maltrato y el dolor no pueden considerarse cultura. Ni arte, porque es la creación, la construcción, es algo que eleva el espíritu y da vida, pero que jamás la quita. Ni tradición, porque que una cosa se haga a lo largo del tiempo, no es argumento suficiente para seguir haciéndolo si no es bueno. Nadie defendería, hoy en día, por cultura, arte y tradición que volvieran las exuberantes cacerías y emocionantes combates de los gladiadores romanos. ¿Podemos aceptar la tortura y la muerte como espectáculo? ¿Cómo parte de la cultura?

Las sociedades experimentan procesos de modernización y cambio de valores, y la tauromaquia es contradictoria a los valores actuales del respeto a los animales. Ni el toro muere de una forma digna, ni es lógico torturarlos a nuestro antojo, por un pretendido arte. Si están prohibidas las peleas de gallos y peleas de perros ¿por qué están permitidas las corridas de toros? La sociedad repudia cada vez más la violencia hacia los animales, mucho más cuando se organiza por diversión. Defendiendo estas prácticas, con el fin de justificarlas ante sí mismos y ante los demás, decimos muy poco de nosotros y de una sociedad civilizada.

La tauromaquia fomenta la normalización de la violencia, la cosificación de animales y de personas, y convierte en una diversión el  sufrimiento de un animal. Debemos optar por promover prácticas culturales, que propongan valores educativos, pacíficos y humanistas.  No son argumentos validos que si desaparecen las corridas de toros, se acabarían los toros de lidia, porque es una forma de explotación animal, criar animales con la única finalidad de torturarles y darles muerte. Ni a la economía, ni a hacer alusión a los miles de puestos de trabajo de ganaderos y toreros que se perderían. Y, por supuesto es completamente indigno que se destine dinero público para este tipo de espectáculos.

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