Quebec, Escocia y Cataluña, tres lugares con un mismo objetivo: la independencia. En 1980 y 1995 se celebraron sendas consultas en Quebec, la población de Quebec rechazó la separación de Canadá. En Escocia también el rechazo a la independencia, con un 55,3% de los votos, frente al 44,7% obtenido por los partidarios de la secesión, en el referéndum celebrado el 18 de septiembre de 2.014. En ambos referendos, tanto los de Quebec como el de Escocia, se realizaron regulando legislativa y judicialmente, los procesos de referéndum y con unas reglas políticas aceptadas por todas las partes. Esto era esencial para que se reconociera la legitimidad y se aceptase el resultado
Para realizar un referéndum, lo primero es que sea legal. Es necesario cambiar la Constitución que es la que proclama la indivisibilidad de la nación y atribuye al Estado (Corona, Gobierno y Cortes) la competencia exclusiva de referendos. Si se celebra el referéndum del 1-O, lo que está claro primero que no es legal, según las leyes españolas y segundo el interés mayoritario de los catalanes en querer votar, en tener su derecho a decidir, en dar libremente su opinión. Según estudios de opinión se habla de una participación entre el 65 y el 70%, estando entre el 44 y el 41% el número de catalanes que son partidarios de la independencia. Lo cual significa que si realizará dicho referéndum, el no a la independencia ganaría, es decir que los catalanes seguirían siendo españoles. El derecho a la autodeterminación, habría sido consultado.
El President de la Generalitat Carles Puigdemont ha anunciado que el referéndum soberanista catalán se convocará el 1 de octubre de 2017. Dicho anuncio se ha hecho esta mañana, en el caso de que se llegue a celebrar, ¿está usted de acuerdo con que Cataluña se convierta en un estado independiente en forma de República? Se abren dos supuestos: la derrota del nacionalismo catalán o que se refrende el si a la independencia. Y, la opinión de si el referéndum debe ser solo con los votos de Catalunya o del resto de España, es decir, si la unidad de España la deben de decidir exclusivamente los catalanes o bien entre todos los españoles.
La supuesta derrota de los nacionalistas, cabría una “vuelta a la normalidad” y buscar soluciones políticas a la desconfianza y el descontento de muchos catalanes respecto al Gobierno español. Los resultados debería ser aceptados tanto por la ciudadanía como por los principales actores políticos y comenzar a trabajar de nuevo en un Estado federado. Es el momento de hablar de economía, de empleo, de sanidad, de educación, de cultura, de ayudas sociales, de infraestructuras…
Y, en el caso contrario, de que los catalanes refrendaran el si a la independencia… ¿Qué pasaría? Alguien piensa en la deuda de Cataluña de más de 60 mil millones de euros, del abandono de la Unión Europea, del paro, del pago de las pensiones, del éxodo de las empresas, la falta de inversiones, la asfixia económica… ¿Qué pasará en el resto de España? Perdiendo el motor económico productivo de España, con una aportación del 18,9 % al PIB nacional…
No creo en los nacionalismos, ni en el español, ni en el catalán, ni en ninguno.. Los nacionalismos son una ideología política que apelan a los sentimientos de los individuos, a la autovaloración de la identidad, a sentirse diferentes, a sentirse superiores por su cultura o idioma, a excluir a otros, a tergiversar la historia, a manipular emociones, a exaltar símbolos… La identidad, del individuo o de un grupo es necesaria, pero todos los nacionalismos tienen los mismos males y perversidades, creo en las personas y en un mundo global, sin fronteras, sin nacionalidades, sin limitaciones, sin restricciones, sin exclusiones… Creo en la libertad, nada puede ser fundamento para sentirse diferente o mejor que otro, nada para crear más países, más fronteras, más separación entre los seres humanos…