En el Ayuntamiento de Madrid, se habla de doble moral, cuando Manuela Carmena, cabeza de lista de Ahora Madrid al Ayuntamiento de Madrid, ha sido proclamada nueva alcaldesa con los votos de sus 20 concejales y los nueve del PSOE. Parece que ha faltado tiempo para que comience una especie de caza de brujas, una doble moral, una doble vara de medir las cosas; buscar culpas y culpables, que si buscan siempre se encuentran. Y son fáciles encontrarlos en las redes sociales. Las redes sociales, y especialmente Twitter, permiten una interacción ágil y constante con infinidad de personas, el intercambio de información, el debatir y el compartir tuits, es muchas veces una forma poco meditada de poner comentarios poco inteligentes, muchas veces faltos de ética y de moral, algunos indiferentes, otros irrelevantes y los menos también inteligentes.
El concejal del área de Participación Ciudadana, Transparencia y Gobierno Abierto, Pablo Soto, que escribió tuits ofensivos, contra el exministro Alberto Ruiz-Gallardón y el concejal de Cultura y Deporte, Guillermo Zapata que escribió tuits de humor negro en 2.011 sobre las víctimas del Holocausto, así como de la víctima de ETA Irene Villa y Marta del Castillo. El concejal de Cultura ha reconocido su error, ha pedido perdón y ha presentado la dimisión de su cargo, conservando su puesto de concejal. ¿Es suficiente? Es mucho más, de lo que han hecho otros responsables políticos que han vertido comentarios poco afortunados en redes sociales o comparecencias públicas, pero en este caso hubiera tenido que dar ejemplo de honestidad y presentar su acta de concejal. En política una vez tomada una decisión hay que tomarla hasta las últimas consecuencias. No se puede decidir a medias, porque eso implica no cerrar la polémica.
Pero, la dimisión de Zapata pone muy bajo el listón para futuras dimisiones en el ayuntamiento de Madrid. Una dimisión el primer día de mandato, cuando aún no se ha empezado a gobernar, y por algo que escribió cuando no era un cargo público, pone en una grave tesitura a Manuela Carmena a los comienzos de legislatura, ante la previsible caza de brujas y la intención de hacer tambalear a este consistorio. Lo grave, de este tema es que una mano tenebrosa esperó a la constitución del ayuntamiento para sacar el tema de los tuits de Guillermo Zapata y Pablo Soto, y esto solo acaba de empezar. El objetivo está claro: hacer daño político a la lista de Ahora Madrid y trasladando dicha culpa incluso al PSOE, por haber facilitado su voto.
La doble moral, la doble vara de medir, por parte del PP, en este caso se puede comparar con otros casos en que miembros del PP han ofendido, no han pedido perdón y por supuesto no han dimitido: La diputada Andrea Fabra gritó «¡Que se jodan!» desde su escaño en el Congreso cuando Mariano Rajoy anunció un recorte en las prestaciones por desempleo. Rafael Hernando sobre las victimas del franquismo: «Algunos se han acordado de su padre, parece ser, cuando había subvenciones para encontrarle». Los comentarios machistas de León de la Riba: «Piensa que entras en un ascensor y hay una chica con ganas de buscarte las vueltas, se mete contigo, se arranca el sujetador o la falda y sale dando gritos diciendo que le has intentado agredir». Pablo Casado,coportavoz en el PP: «Los de izquierdas son unos carcas, todo el día con la fosa de no sé quién». Y, podríamos seguir, con comentarios en contra de victimas del terrorismo como Pilar Manjón. En poner en duda que los artífices del 11-M según dijo Aznar: «los que idearon estos atentados no están ni en desiertos remotos ni en montañas lejanas». Podría seguir, con la teoría del «tú más», pero me estaría equivocando, como se equivocan ellos.