El feminismo es definido por la Real Academia Española (RAE) como un «principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre». Hoy 8 de marzo Día Internacional de la Mujer se ha convocado la primera huelga general feminista de la Historia, a favor de la igualdad de género y contra la brecha salarial. Una huelga de la mujeres en contra de la desigualdad y el machismo, no en contra de los hombres; una huelga que demuestre que sin el trabajo, el consumo y los cuidados de las mujeres el mundo sería sencillamente distinto, peor.
Porque gracias a mujeres activistas, sufragistas, sindicalistas, políticas…, se han conseguido grandes logros, pero ya es el momento de pedir la igualdad definitiva y para eso es necesario la unión de todas las mujeres y el apoyo de todos los hombres. Es hora, de denunciar agresiones, humillaciones, marginaciones o exclusiones cotidianas e invisibilizadas en una sociedad que somete a las mujeres a peores condiciones laborales, siguen siendo una pequeña minoría en puestos directivos y están condenadas a trabajos gratuitos como el trabajo doméstico y de cuidados familiares en aras de un desarrollo del capitalismo y en provecho del hombre. Una huelga feminista por el empoderamiento de las mujeres, para adquirir o reforzar su protagonismo, tanto en el plano individual como colectivo, en términos de igualdad con el hombre.
Una huelga feminista para luchar por la libertad, por la igualdad y la justicia. No debería de ser un tema de ideologías, de partidos, de religiones… Todos deberíamos estar de acuerdo en este tema, pero algunos hablan de «hacer una huelga a la japonesa» (Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid e Isabel García Tejerina, ministra de Agricultura); «está pensada para luchar contra el machismo, pero también contra el capitalismo» (Inés Arrimadas, líder de Cs en Catalunya); «Las mujeres somos más útiles impulsando iniciativas que mejoren nuestros derechos que haciendo huelga» (Carina Mejías, líder de Cs en el Ayuntamiento de Barcelona); “Lo que genera la brecha salarial es la falta de preparación, la falta de formación, para acceder a un puesto de trabajo” (María Jesús Botella. Concejala PP en Córdoba); el «feminismo radical o de género» tiene como «víctima a la propia mujer y a la verdadera causa femenina». «Es curioso cómo el demonio puede meter un gol desde las propias filas» debido a que algunas de las reivindicaciones de este colectivo, como el aborto libre, se ha vuelto contra las mujeres, según el obispo de San Sebastián José Ignacio Munilla…
Faltan muchas huelgas feministas, muchos cambios de actitud en esta sociedad para conseguir la igualdad entre hombres y mujeres. Una sociedad basada en el patriarcado y el capitalismo que solo ha querido mujeres dóciles, sumisas y calladas como madres, hermanas, amigas, putas y trabajadoras que siempre han estado al servicio de una sociedad totalmente machista. Si deseamos alcanzar la igualdad, es necesario que los hombres se adhieran a la lucha feminista, para alcanzar un cambio social que genere transformaciones en la vida de todas las personas: hombres y mujeres.