No a las agresiones sexuales.

En estos meses de verano, aparecen demasiadas noticias en los medios de comunicación sobre agresiones sexuales. El incremento de casos de violencia de género, no sé si tiene que ver con el aumento de las temperaturas o es porque la gente sale más a las calles, hay más fiestas, llevamos otro tipo de ropa o simplemente muchas personas no han entendido que cuando una mujer dice «no es no»…  Mientras no haya igualdad de derechos y oportunidades entre ambos sexos, mientras las relaciones de poder, las estructuras sociales y las relaciones entre los sexos no cambien, seguirán sufriendo agresiones sexuales las mujeres.

La igualdad legal no basta para cambiar las costumbres y los pensamientos de muchos hombres que en las fiestas de Vigo, de Vitoria, en Tudela, en la Semana Grande de San Sebastián, durante la Aste Nagusia en Bilbao… En los tocamientos sexuales en las playas de Valencia,  los que acosan sexualmente por internet, los tocamientos en medios de transporte, los que intentan violar a una mujer en cualquier lugar, los tocamientos a menores… Todas estas agresiones sexuales sólo tienen un denominador común que son hombres. Su condición social, económica, profesional no influye en sus actitudes machistas. Porque hay ricos y pobres, jefes y empleados, analfabetos y universitarios, españoles y extranjeros, profesores y curas…

El patriarcado, la dominación masculina sobre las mujeres ha ido adoptando distintas formas a lo largo de la historia, desde el Génesis en que la primera mujer según la tradición hebrea fue Lilith, la primera mujer que compartió el Paraíso con Adán y fue creada al mismo tiempo que Adán.  Sin embargo, los cristianos hablan que Adán fue creado primero, y Dios, al verlo solo, decidió que necesitaba una compañera que fue creada partiendo de una costilla​ del hombre.  Eva llegó como subordinada, como una persona débil con su diálogo con la serpiente y que sufrió el castigo de Dios de sufrir de dolor al tener hijos y estar bajo el mandato del hombre. Poco ha cambiado en estos siglos, muchos hombres, aún siguen pensando eso de la mujer. ¡No a las agresiones sexuales a la mujer!

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