Candidato a investidura por «costumbre».

La Casa del Rey ha argumentado la decisión de Felipe VI de designar a Alberto Núñez Feijóo como candidato a investidura a la Presidencia del Gobierno, pese a no contar con mayoría suficiente para su investidura, siguiendo con la «costumbre» de proponer al que haya obtenido más escaños en las elecciones generales. Tras el procedimiento de consultas llevado a cabo por el rey Felipe VI, en las que hay idéntica disposición por parte de los dos candidatos: Feijóo y Sánchez a presentarse como candidatos a la investidura. Aunque ninguno de los dos, tienen apoyos parlamentarios suficientes para conseguir la mayoría dentro del Congreso. Feijóo cuenta con 172 apoyos, que incluyen los votos de Vox, UPN y Coalición Canaria, que son insuficientes para ser investido. Sin embargo, Sánchez puede hablar con todas las fuerzas políticas del arco parlamentario y obtener la mayoría, mientras que el PP ya no puede negociar con nadie más.

Tanto Juan Carlos y Felipe VI siempre han nombrado candidatos que ganaron las elecciones, pero no solo porque hubieran ganado las elecciones, sino también, porque tenían muchas probabilidades de obtener la mayoría parlamentaria y conseguir la investidura. Es decir, no ha sido la costumbre, sino la política y sus alianzas. Excepto en 2016, cuando Rajoy declinó la propuesta del rey de someterse al debate de investidura por no tener la mayoría suficiente para presentarse a la investidura. En esta ocasión Feijóo ha decidido aceptar la investidura, aunque es totalmente consciente de que no la puede conseguir salvo sorpresa o ser capaz de convencer a algunos diputados tránsfugas del PSOE para que voten a su favor.

El Jefe del Estado amparándose en una costumbre que no es del todo real, ha concedido a Feijóo su petición de que el hecho de haber ganado las elecciones le concedía el derecho a ser elegido como candidato a la investidura, como en todas las ocasiones anteriores. Aunque la propia Casa Real, es sabedora de que Alberto Núñez Feijóo se enfrentará a una sesión de investidura, abocada al fracaso. Si Feijóo no consiguiera los apoyos suficientes para ser investido, el Rey podrá volver a proponer a Pedro Sánchez siguiendo el mismo procedimiento. Y, si ningún candidato obtiene su confianza al cabo de dos meses, se procedería a la disolución de las Cámaras y la convocatoria de nuevas elecciones generales, con el refrendo de la presidenta del Congreso.

Por primera vez, el Jefe del Estado se ha enfrentado a la situación de tener dos aspirantes a ser nominados: Feijóo, que cuenta con el apoyo comprometido de 172 diputados de cuatro partidos (PP, Vox, CC y UPN), y el socialista Pedro Sánchez, quien se ve capaz de tejer alianzas para lograr una mayoría absoluta como la que le permitió controlar la Mesa del Congreso hace una semana. Ahora, nos toca esperar un mes de reuniones en busca de alianzas, con las Cortes a nulo rendimiento y todo paralizado por una decisión de Feijóo antes de su harakiri político o de un final agónico como el de Pablo Casado. De momento, por «costumbre» nos toca esperar.

 

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