Han pergeñado un golpe fraudulento para despojar a Pedro Sánchez de la Secretaría General del PSOE, tras la renuncia de 17 miembros de su comisión ejecutiva federal, con la intención de forzar la disolución de dicho órgano y así apartar a Pedro Sánchez de la Secretaría General del partido.
Su inamovible «no es no» a facilitar un Gobierno del PP, sus malos resultados electorales, el temor a un posible acuerdo con Podemos para formar un gobierno de progreso o la repetición electoral, ha desembocado en un intento de cerrar la crisis, ofreciendo una posible abstención para que Rajoy pueda ser investido como presidente.
Pedro Sánchez nunca se planteó gobernar con Podemos, pero ha mantenido su «no es no» en sintonía con el deseo mayoritario expresado por las bases del PSOE, pero en contra de muchos barones y de parte de su ejecutiva. Y, también de muchos poderes económicos que han tenido al PSOE como el partido de las clases medias, muy lejos de su denominación como obrero.
El PSOE está lejos de ser un partido de izquierdas, desde la victoria de Felipe González en 1.982, que impulsó un cambio en la transición, se ha ido alejando de sus bases y cada nuevas elecciones han perdido miles de votos, siendo sus votantes los padres y abuelos, porque los hijos de los socialistas ahora votan a Podemos.
La democracia del PSOE no ha podido esperar al sábado 1 de octubre, que se celebra el Comité Federal del PSOE, la dimisión de esos 17 críticos son suficientes para acabar con esta Ejecutiva y que se forme una gestora, que será la encargada de convocar un Congreso extraordinario y un cambio de timón.
Los malos resultados del PSOE del pasado domingo en las elecciones autonómicas gallegas y vascas han sido el detonante para una depuración de «responsabilidades», pero han preferido hacer un golpe encubierto y no esperar a la opinión de los militantes en el Comité Federal.
Pedro Sánchez también se ha equivocado al llevar a un Comité Federal un plebiscito hacia su persona, con la convicción de que las bases apoyarán el «no» a la investidura de Rajoy. Pero, el aparato del partido ha mostrado su deseo de dejar caer cuanto antes al actual secretario general y serán implacables el próximo sábado. Pedro perdió su posibilidad de ser presidente, dejará de ser secretario general y la posible investidura de Mariano Rajoy o una repetición electoral está más cerca, con un PSOE dividido, enfrentado y sin lider. Se lo han dejado muy fácil a Rajoy…