Frustración e incompetencia.

Se demuestra, hoy más que nunca, la frustración e incompetencia de Mariano Rajoy y de Carles Puigdemont, tras el Consejo de Ministros extraordinario. En el que se han explicado las medidas con las que se aplicará el artículo 155 de la Constitución. Según ha explicado el presidente del Gobierno: » Con la aplicación del 155, el Gobierno tiene cuatro objetivos: volver a la legalidad, recuperar la normalidad y la convivencia en Catalunya, continuar con la recuperación económica, que se ha puesto en peligro, y celebrar las elecciones».

La frustración del gobierno español, es decir la imposibilidad de satisfacer una necesidad, se intenta solucionar con la aplicación del 155, pactado con el PSOE y Cs, El objetivo es lograr de nuevo la legalidad, pero se está muy lejos de poder llegar a la normalidad y a la convivencia. La normalidad no sabemos si llegará, por lo tanto, la única certeza a corto plazo son las elecciones. Otra cosa serán los resultados y si logran cambiar la realidad actual.

El artículo 155, es un fracaso, a lo mejor significa una vuelta a la legalidad pero no a la normalidad. Es una respuesta legal a una situación de facto, es la solución que se ha buscado al fracaso de la política y al no ser capaces de dialogar. Estamos en un momento en que hay algo peor que no aplicarlo, que sería no hacer nada. 

Frustración también de Puigdemont, que tiene que aceptar que Catalunya no puede ser independiente, sin que el resto de España también lo acepte. Que no tiene ningún apoyo internacional, que los poderes económicos están huyendo de Catalunya por miedo y que no tiene un respaldo político con mayoría de todos los ciudadanos de Catalunya. Muchas veces es mejor reconocer la derrota y saber perder con elegancia. 

La utopía de una Catalunya independiente, no se puede prometer. Porque eso significa engañar a los catalanes, mucho más, si eso significa entrar en un proceso ilegal y antidemocrático. La utopía hay que defenderla desde las urnas y las instituciones del Estado para lograr un cambio en la Constitución, que se reconozca el derecho a decidir y la posibilidad de la independencia. El artículo 155 representa lo que fue el Decreto de Nueva Planta, por el cual se derogaron los fueros e instituciones de los reinos de Valencia y Aragón, como consecuencia de la Guerra de Sucesión de España (1701-1715). Ahora, con el 155, tendremos que esperar el tiempo que decida el gobierno español para recuperar lo que costó cuarenta años en recuperar.

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