El terrorismo de ETA no tiene justificación.

El terrorismo no tiene justificación posible, el terrorismo de ETA durante casi sesenta años ha usado el uso sistemático del terror para coaccionar a los respectivos gobiernos y en definitiva a la sociedad vasca y española con el pretexto de conseguir la independencia de Euskadi. ETA (Euskadi Ta Askatasuna) en español, País Vasco y Libertad nació en tiempos de la dictadura franquista como una organización revolucionaria antifranquista e independentista pero siguió matando hasta el 20 de octubre de 2011. ETA se movió en la paradoja de haber luchado contra el franquismo y después querer desestabilizar la incipiente democracia, esto cambió la reacción de la opinión pública contra el terrorismo de ETA.

Con la llegada de Felipe González a la Moncloa, en diciembre de 1982, se desató una guerra sucia, a través de los GAL, que se prolongó hasta 1986. ETA utilizó los GAL y la tortura de las fuerzas policiales  como coartada para su lucha. Pero, atentados como el de Hipercor en Barcelona, en junio de 1987, que costó la vida a 21 personas, cambió la opinión de mucha gente y poco meses después,en enero de 1988, todos los partidos democráticos vascos, nacionalistas y no nacionalistas, firmaron el Pacto de Ajuria Enea, significaba el compromiso político contra ETA.

Sirva esta reseña histórica, para que ahora no se entienda en el comunicado de ETA que ha hecho público hoy en el que reconoce «el daño causado», 3.600 atentados, 853 personas asesinadas, más de 6.000 heridas y sin contar secuestrados, amenazados… Admiten su «responsabilidad directa» en el «sufrimiento desmedido» que la sociedad vasca ha padecido, que «nada de todo ello debió producirse jamás o no debió prolongarse tanto en el tiempo» y afirma que «lo siente de veras» por las víctimas, pero hacen una división entre las víctimas del conflicto y las víctimas de sus errores. Su perdón es a medias y nada de ello tiene justificación.

Un escrito que sirve de antesala a una disolución de la banda que se anunciará el próximo mes de mayo. Sus victimas ni olvidan ni perdonan, pero ETA quiere que olvidemos ese terrorismo sin pedir por lo menos un perdón para todos, aunque no tengan justificación posible para lo que hicieron. Con el fin de ETA, acaba una historia de silencio cómplice, de miedo, de terror, de muertes, de heridos, de familiares, de chantajeados… De dolor irremediable, sin ninguna justificación. 

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  1. Hoy la Declaración de Arnaga, pone fin a ETA, una escenificación por parte de la banda terrorista en la que tanto sufrimiento no ha servido para nada. ETA ha sido vencida por el Estado de Derecho, pero también porque la sociedad vasca les retiró su apoyo. La decisión de ETA de dar marcha atrás a sus postulados políticos y a su estrategia es un eufemismo, el socialismo revolucionario abertzale no ha conseguido nada. El lenguaje, los mensajes de ETA estaban totalmente agotados y su violencia era únicamente señal de debilidad. El olvido no existe para las víctimas, el odio tardará mucho tiempo en olvidarse, la reconciliación es complicada porque «las heridas profundas perduran». Los presos seguirán en la cárcel, sólo queda que la política penitenciaria de dispersión de presos cambie y se adapte a la nueva realidad. Euskadi recupera la libertad y el derecho a la paz, sin tener que agradecer nada a ETA…

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