El peligro del comunismo.

PP, PSOE y Ciudadanos han encontrado un punto en común para esta nueva campaña: el peligro del comunismo. La frase «que vienen los comunistas», funcionará como argumento disuasorio contra una alianza electoral que aspira a dar el «sorpasso» y convertirse en la primera fuerza de la izquierda. Podemos e Izquierda Unida irán juntos a las elecciones generales de 2016 del próximo 26 de junio, se ha sellado un acuerdo de alianza electoral, que ambas organizaciones someterán a consulta entre sus bases, el martes y el miércoles, para obtener su ratificación.

Hablar de comunismo, es hablar de fracaso histórico y de falta de respeto con los derechos humanos. Es combatir la propiedad, no respetar la religión, imponer una dictadura e incluso ir en contra de la familia. Hay que meter miedo con esos tabúes, para que los españoles se unan en una gran coalición que defienda la unidad de España, la democracia y el capitalismo en contra de una coalición de izquierda progresista que tiene entre ellos a integrantes comunistas. En las últimas elecciones del 20-D, casi 5 millones doscientas mil personas votaron a Podemos y sus franquicias autonómicas, es totalmente absurdo, pensar que más de 5 millones de españoles votaron al comunismo.

No creo que esté el dilema, en seguir los preceptos de Marx, Engels y Lenin, ni de hacer una revolución, ni incluso de acabar definitivamente con el capitalismo. Aunque, muchos de los problemas actuales están totalmente ligados a una manera determinada de organizar la producción, el trabajo y, en definitiva, nuestras vidas. Necesitamos cambiar cosas: disminuir el hambre, la pobreza, las desigualdades, tener trabajo para todos, tener un sueldo justo, sanidad y educación para todos, más democracia y libertad. Eso no es comunismo, ni extremismo, es justicia social.

El PP, PSOE y Ciudadanos nos meten miedo, hay que mantener la estabilidad económica e institucional, no debemos votar a la coalición de Podemos e IU. Después, cada uno de ellos intenta arrimar el ascua a su sardina, pero todos en contra de esos comunistas y extremistas.

Los ciudadanos escogerán libremente con su voto, si apuestan por un gobierno progresista sin mayoría, por una coalición imposible con el PSOE, por la continuidad del PP, por la coalición entre el PP y Ciudadanos e incluso una gran coalición entre PP, PSOE y Ciudadanos. Todo es posible, menos unas terceras elecciones. Pero por favor no nos metan miedo, no vienen los comunistas, ni el mismísimo demonio.

Nadie es el adalid del término democrático, ni de la unidad española, ni de las soluciones económicas definitivas. Pero habrá que pensar en el momento de nuestro voto, en que las familias mejoren su economía; que las entidades financieras devuelvan el dinero de su rescate; en eliminar las puertas giratorias para los cargos políticos que dejan sus cargos; en poner controles para erradicar la corrupción; anular la reforma laboral y la ley mordaza; sanidad, pensiones… Medidas, nada irreales que demanda la ciudadanía, esa que va a votar cada cuatro años y que luego es olvidada por sus políticos.

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