El centro, en geometría, es el punto que se encuentra en medio de una figura geométrica, es el punto que se encuentra en la mitad de un segmento, es el punto del cual equidistan todos los puntos de una circunferencia. Es lo que está en medio de algo o más alejado de sus límites. En política, se supone que es una tendencia cuya ideología es intermedia entre la derecha y la izquierda. Pero, en definitiva el centro ideológico o político no existe.
La mayoría de los políticos suelen huir de las etiquetas de izquierda y derecha y buscan el centro, porque piensan que es el espacio en el que están la mayoría de los votantes, y por tanto, el más disputado para intentar ganar unas elecciones. Se puede ser en política de derecha, de extrema derecha o bien de izquierda o de extrema izquierda. Pero, ser de centro, solo de centro, es prácticamente imposible, y se añade el matiz de centro-derecha o de centro-izquierda, en el cual quieren incluirse partidos que se suponen son de derechas o de izquierdas, con ideas moderadas.
Este es el caso del Partido Popular que pareciendo indudablemente de derechas, se define como de centro-derecha y el PSOE que su socialismo, se convierte en una socialdemocracia intentando alcanzar el espacio político del centro-izquierda. Todo, por supuesto con muchos matices. Cuando se fundó el partido Ciudadans, en 2006, era un partido catalán contrario al independentismo, de la mano de Albert Rivera dio su salto a la política nacional como Ciudadanos. Dando una sensación de modernidad, con un discurso de regeneración democrática que hasta ese momento monopolizaba Podemos. Intentando atraer a los no nacionalistas, a los votantes de la izquierda moderada y buscando un amplio espectro de la derecha. Es decir, lo que muchos llaman el centro.
El partido Ciudadanos ha pasado de firmar un acuerdo para la investidura del candidato socialista Pedro Sánchez en febrero de 2016, con 90 diputados del PSOE y 40 de Ciudadanos, a los 57 del 28-A y a los 10 diputados de ayer domingo. Ciudadanos ha pasado de poder ser parte del primer gobierno de coalición junto al PSOE a la total irrelevancia. Eso ha supuesto la dimisión de Albert Rivera y su retirada de la vida política, cosa que le honra.
El partido Ciudadanos o su cúpula directiva han cometido demasiados errores, el principal un giro a la derecha, basando su estrategia en la unidad de España, la aplicación preventiva del artículo 155 en Catalunya, el ataque a la «banda de Sánchez», intentando convertir a Ciudadanos en el partido hegemónico del centro-derecha. Su equivocación en las mociones de censura contra Cristina Cifuentes y contra Mariano Rajoy que apoyó. El llegar al gobierno andaluz con el apoyo no reconocido de Vox, la manifestación de Colón con el PP y Vox, el apoyar a gobiernos como el de Castilla León, del ayuntamiento de Madrid o la Comunidad de Madrid. El descartar desde el principio cualquier posibilidad de acuerdo con Pedro Sánchez, cayendo en demasiados giros estratégicos en su partido, sin debate interno y con dimisiones de algunos dirigentes. Sin olvidar sus ocurrencias en los debates televisivos.
El resultado, un fracaso electoral que ha favorecido tanto al Partido Popular y principalmente a Vox, que puede significar el fin de Ciudadanos como fuerza decisiva. Que ha demostrado como ya le pasó a la UCD que el centro político no existe, porque la supuesta moderación la intentan escorar a la derecha y al final los votantes escogen la derecha tradicional, la extrema derecha o las fuerzas progresistas. Los votantes necesitan confianza y la han perdido en Ciudadanos…
No sé si se puede hablar de esquizofrenia política, cuando uno se refiere al comportamiento de un partido político, cuando tiene una serie de alucinaciones, delirios, trastornos en su ideario y en su comportamiento. Una forma de interpretar la realidad de una manera muy peculiar, con creencias falsas que no tienen base en la realidad. El partido Ciudadanos se erige como un partido democrático, liberal y constitucional, pero ha escogido para llegar al poder. los acuerdos con la ultraderecha de Vox. Han preferido como estrategia bloquear el Gobierno Sánchez y buscar “el cuanto peor mejor” en Catalunya.
Han conseguido con sus acuerdos con la ultraderecha de Vox, que tengan tanta influencia en la vida política, imponiendo las directrices tanto al Partido Popular como al partido Ciudadanos. Un partido que empezó en Catalunya en 2006 como un movimiento de reacción al nacionalismo catalán y hoy gobierna en cuatro comunidades autónomas y está en más de 400 ayuntamientos de toda España. Han querido arrebatar el papel de oposición al Partido Popular y lo único que han conseguido es darles más protagonismo a la extrema derecha.
La dimisión de Albert Rivera por sus malos resultados, abre un paréntesis, si serán capaces de recuperar el centro político y de olvidar la animadversión al PSOE y en especial a Pedro Sánchez. El futuro del partido será, probablemente Inés Arrimadas, en sus manos está apostar por la continuidad, con un modelo de partido muy similar al de Rivera o cambiar el rumbo de la formación naranja. De eso dependerá, su futuro como partido y quizás también el futuro político de España.