Día Nacional, de escaso orgullo español.

El día Nacional de España del 12 de octubre, se podría considerar un día del escaso orgullo español y de un caduco colonialismo. A lo largo de la historia de España, la Fiesta Nacional del 12 de octubre se ha conmemorado con distintos nombres: “Fiesta Nacional” en 1892 firmado por la Reina Regente María Cristina de Austria, viuda de Alfonso XII, y en nombre de su hijo Alfonso XIII. “Fiesta de la Raza” en 1918, sancionado por Alfonso XIII. “Día de la Hispanidad” en 1958, cuando el país se encontraba bajo la dictadura militar de Francisco Franco. “Día de la Fiesta Nacional de España y de la Hispanidad” en 1981, en plena democracia. Y, por fin, actualmente “Día de la Fiesta Nacional”, que viene contemplada por la ley 18/1987, que omite el término “Día de la Hispanidad” y solo se refiere a esta fecha como “Fiesta Nacional”.

El día 12 de octubre de cada año se conmemora en España, la llegada de Cristóbal Colón a América en 1492, olvidando terminologías caducas de hispanidad o de raza. Mientras al otro lado del atlántico,  el 12 de octubre se  denomina a este día de forma distinta, y que los gobiernos, de los respectivos países, han cambiado el nombre según las circunstancias políticas: Día del Descubrimiento de los dos Mundos en Chile, Día de la Diversidad Cultural Americana en Argentina,Día de la Resistencia Indígena en Nicaragua y Venezuela, Día de la Descolonización en Bolivia, entre otros. Parece que el orgullo colonialista o imperialista español ha disminuido, pero lo que está claro, es que el sentimiento hacia España por parte de los países colonizados, no es demasiado.

A finales del siglo XV la Corona de Castilla aprobó el proyecto de Colón de alcanzar las Indias por una ruta alternativa y que incluía la búsqueda de oro y especies. Este proyecto culminó con el descubrimiento de América en 1492. Se iniciaron numerosas expediciones financiadas por las clases altas, comerciantes y banqueros, para intentar dominar nuevos territorios en el interior del continente. Los conquistadores debían obtener la autorización de los reyes para reclutar un ejército y conquistar un territorio determinado. Junto con el proceso de colonización surgió otro de carácter espiritual basado en la evangelización de la población indígena.

Para la explotación de los recursos naturales de las colonias los españoles establecieron las encomiendas con el fin de adquirir mano de obra, podían repartirse o encomendarse los indios, con la obligación de instruirlos en la religión católica y en el conocimiento de la “vida civilizada” y a su vez tenían el derecho de solicitarles tributo en especie o en trabajo. Otro sistema de explotación indígena fue las mitas, que era una forma de prestar servicios por turnos. Las constantes  fugas de los indígenas para librarse de la explotación y el rápido descenso de su población, obligó a los dueños de minas, plantaciones agrícolas, obras públicas…, a reemplazar la mano de obra indígena con esclavos africanos. La colonización significó el dominio del territorio y de la población indígena como mano de obra forzada.

Un religioso español, el padre Bartolomé de las Casas, en su Brevísima relación de la destrucción de las Indias (1552) denunciaba las atrocidades cometidas por los conquistadores a los indígenas. El problema de la historia, es que se hacen interpretaciones del pasado en términos actuales, quizás no se hubieran cometido los mismos errores o quizás se hubieran cometido otros peores. Durante el franquismo, los manuales escolares de Historia nos quisieron transmitir orgullo por una colonización, por la cristianización y por personajes como Colón, Pizarro o Hernán Cortes mezclados con José Antonio, Franco, el Cid o don Pelayo, intentando transmitirnos la práctica ancestral del nacionalismo y colonialismo español.

A partir de la Transición democrática en España, se abandonó el tono triunfalista de una España de la intolerancia y la barbarie imperialista en América y en rememorar gestas olvidadas. Se quiso recuperar el orgullo de una fiesta nacional, de instituir una fiesta que tampoco ha acabado de arraigar entre todos los españoles. Una fiesta nacional de España, que tiene lugar el 12 de octubre, día del Pilar. Más conocido por la onomástica, que por el significado de día nacional, donde se busca el orgullo patrio, en el homenaje a la bandera, a los que dieron su vida por España y al desfile militar presidido por el rey. Un día de escaso orgullo español.

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