Hoy 10 de diciembre se celebra el 75 aniversario de La Declaración Universal de los Derechos Humanos, fuente de inspiración para promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales que deben ser protegidos. Todas las personas, independientemente de la edad, el origen, la cultura y de cualquier otra circunstancia, tenemos unos derechos que se deben respetar y también unos deberes que cumplir. Tanto los derechos como los deberes son necesarios para buena convivencia con los demás. La Declaración Universal está fundamentada en valores universales formados por los derechos y libertades de orden personal, los derechos del individuo, los derechos políticos y también los derechos económicos, sociales y culturales.
El ser humano es racional, pero la mayoría de las veces, se comporta irracionalmente, lleno de contradicciones y donde el egoísmo, la indiferencia y el desprecio a los demás, sobre todo a los diferentes. es una constante. Donde, el ser humano se ha deshumanizado, nos falta el respeto, el entendimiento, la comprensión, la solidaridad para poder solucionar los grandes problemas que aquejan a nuestra sociedad. La sociedad perfecta no existe, con individuos libres, igualitarios, solidarios, responsables y conscientes de los límites de su libertad. Donde cada vez menos hay un compromiso con el mundo en que se vive, hablo de solidaridad, de equidad, de justicia, de ecología…, hemos creado una sociedad donde la ética está desapareciendo, Donde no es importante el respeto por el otro, la bondad, la solidaridad y donde los derechos humanos se quedan en unos principios que no se respetan. No podemos aceptar que las cosas tengan que ser lo que son, sino discrepar e intentar cambiarlas.
Vivimos en la sociedad de la apariencia, del egoísmo, del «tanto tienes, tanto vales», de la incomunicación a pesar de ser la era de la comunicación, del triunfo personal, de la revolución tecnológica, de la sociedad de la eyaculación precoz. Ha habido un gran progreso en la sociedad, pero no para todo el mundo ha sido igual. Sigue habiendo guerras, injusticia social, explotación, sigue habiendo hambre en el mundo, donde millones de personas tienen que huir de sus países, donde derechos como la sanidad, la educación no son una realidad para millones de personas. No es pesimismo, es realidad, nos hemos acostumbrado a observar el mundo, sus injusticias y la falta de respeto a los derechos humanos, impasibles. Nos falta poner la utopía, la esperanza y el deseo de un mundo mejor al servicio de la humanidad, para que los Derechos Humanos se cumplan todos los días y en todo los sitios.
Compromiso social es hacer algo sobre las violaciones de los derechos humanos, donde hemos de ser críticos con la sociedad, con las instituciones, los partidos políticos, el poder político en general y los gobiernos en particular sobre dicha falta de respeto. Donde la libertad individual debería hacer frente a las consignas de una comunidad egoísta. Y, todos hacer algo, por respetar los derechos humanos desde nuestra actitud y compromiso.