La sensación de que la corrupción está presente en todas las noticias, tanto en la esfera política como económica,que es indiferente a colores y formaciones ideológicas,que cae en el olvido,que asegura el futuro económico y que parece que tiene impunidad judicial,podría ser una buena definición de corrupción. La corrupción puede entenderse como una práctica negativa e inmoral por evadir los principios de la moral y del derecho en el afán de cumplir intereses propios o de grupos. La corrupción llega a convertirse en un hábito social casi involuntario, en el que todos estamos implicados, en el que unos pocos se aprovechan de su posición, de su coyuntura para favorecerse personalmente.
La única solución contra la corrupción es la honestidad y la transparencia. Hace falta más ética y menos leyes. «Cuanto más corrupto es el estado,más numerosas son las leyes» decía Tácito en la antigua Roma, a mayor transparencia, menor corrupción. ¿Por qué falla el control a niveles superiores? ¿Por qué un presidente de un banco y su consejo de administración no es capaz de asegurar con la misma certeza que un cajero,que no le falta dinero? El cajero es honrado, pero aunque no lo sea, al final del día tiene que cuadrarle el dinero. A los directivos de los bancos si no les cuadra el dinero de la entidad no pasa nada.
No hace falta tener directivos y políticos con alto grado de moralidad, que también, hace falta más control y transparencia.Se ha de promover e impulsar el control de las entidades y organismos del sector público y privado que presten servicios o desarrollen actividades de interés público, para ampliar los niveles de transparencia, control y rendición de cuentas. El dinero no es de los bancos, es de los clientes… La deuda no es de los españoles, es de los bancos. El dinero que gasta el Estado es de todos los españoles.