Cada año, se escribe la carta a los Reyes Magos, que según la tradición cristiana adoraron a Jesús tras su nacimiento y le trajeron oro, incienso y mirra. Ahora cada 6 de enero, queremos que los Reyes Magos sean los que traigan regalos a niños y mayores. Pero, los Reyes Magos o Papá Noel, engaño o no, solo llegan a una parte de los niños. Cuando llega diciembre, el espíritu navideño inunda las calles de todas las ciudades: árboles de Navidad, adornos y luces navideñas en nuestras calles, personas que abarrotan las tiendas y centros comerciales en busca de regalos. Aunque, la verdad es que los presentes que traen los Reyes Magos siempre dependen de los bolsillos de las familias.
Porque, los niños que pertenecen a familias con menos ingresos, sufren la falta de cosas básicas en sus hogares como un hogar, salud y comida durante todo el año y también en Navidad. Y. cuando escriben su carta a los Reyes Magos, si la escriben, tienen que esperar a diversas organizaciones sociales que hacen visible su situación para que también ellos puedan disfrutar de la Navidad y no se queden sin juguetes. Por desgracia, el modelo del Estado del Bienestar, deja a muchas familias y niños en la pobreza, un síntoma claro de exclusión social que vive parte de nuestra sociedad.
La Navidad es época de frases desgastadas, que expresan los mejores deseos y que nacen de buenas intenciones, pero nada más. En nuestra cultura occidental y supuestamente cristiana, parece que se siente disculpada al ejercer la caridad con los que menos tienen. Vivimos en una sociedad desigual, donde coexiste la pobreza con la abundancia extrema. La Navidad conmemora el nacimiento del hijo de Dios en un pobre pesebre, con el egoísmo, el hedonismo y el consumismo.
Parece que solo nos acordamos de la pobreza en Navidad y el resto del año no sabemos qué hacer con los pobres y remediar su situación en esta injusta sociedad. No vale pedir deseos en la carta a los Reyes Magos, sí solo es para desilusionar y no cumplirlos. Aunque, podríamos reflexionar sobre la conveniencia de la carta a los Reyes Magos que solo fomenta los pensamientos materialistas de los niños y el mero hecho de recibir regalos en una sociedad consumista. Pensemos en inculcar a nuestros hijos valores sociales como la empatía y la solidaridad, para cuando sean mayores cambien esta sociedad injusta.