Este fin de semana en una entrevista en el diario argentino Clarín, el líder de Vox, Santiago Abascal, ha asegurado que habrá un momento» en el que el pueblo querrá «colgar de los pies» al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su juicio, porque ha «vendido» su principios y «puede hacer cualquier cosa» para mantenerse en el poder, incluso «pisar las leyes» o «poner en riesgo la unidad nacional». Desear «colgar de los pies» a Pedro Sánchez, nos recuerda la muerte del dictador Mussolini, aliado de Adolfo Hitler en la Segunda Guerra Mundial. Mussolini fue fusilado por dos partisanos, el cadáver del Duce fue llevado a Milán, destrozado a patadas y colgado por los pies. Un mártir para la extrema derecha italiana ¿Qué es lo que quiere Abascal, convertir a Pedro Sánchez en el mártir de la izquierda española? La ultraderecha no tiene suficiente con atacar a grupos e ideologías, canalizar el miedo y potenciarlo. Las amenazas contra Sánchez es simplemente odio. Y, eso es muy peligroso.
La estrategia política de la ultraderecha va dirigida a despertar la parte más irracional de la ciudadanía, a despertar el odio y emociones con amenazas concretas, desviando la atención de los verdaderos problemas sociales: desigualdad social, discriminación de género, cambio climático, degradación medioambiental… La extrema derecha crece en votos con el odio y el miedo. Quieren convertir a Pedro Sánchez en un dictador, dando la impresión de que el pueblo siempre arranca del poder a los tiranos, donde su final siempre es el ajusticionamiento, la cárcel o el exilio. El líder de Vox amenaza al presidente del Gobierno. Seguro que muchos estarían dispuestos a «colgar de los pies» a Pedro Sánchez. Y, eso ha ocurrido ya muchas veces en la historia. La ultraderecha ha decidido un oxímoron en sí mismo: la condena y la ejecución de Pedro Sánchez.
La extrema derecha se erige en juez y parte, para hacer frente a unas supuestas conductas deshonestas del presidente del Gobierno, se convierte en un arma arrojadiza utilizada para romper el orden constitucional, judicializando la política, utilizando los medios de comunicación, redes sociales, tertulianos, líderes de opinión en hacernos creer que tenemos un gobierno ilegal, que el «sanchismo» se añade a las 10 plagas bíblicas de Egipto. Una guerra con la intención de dañar al oponente, una maniobra para eliminar el Estado de Derecho, una forma “limpia” e indolora de golpe de Estado. Con la idea de desestabilizar, de desgastar, horadando los cimientos del poder constitucional. El ejercicio de la violencia, es el desafío político de la ultraderecha, «colgar de los pies» no es una metáfora, es un alegato a la violencia basado en el odio.
El fascismo siempre ha estado presente bajo formas diferentes. Hoy se sintetiza en la xenofobia, homofobia, racismo y el odio. Colgando de los pies a Pedro Sánchez no renacerá la libertad y la democracia, sino todo lo contrario. Querer matar a un presidente del Gobierno elegido democráticamente no es justicia, es un ajusticiamiento. Qué hipocresía por parte de la extrema derecha. Pero, lo más triste y lamentable es que cierta parte de la ciudadanía se ha acostumbrado a verlo con toda naturalidad.
La extrema derecha es la menos idónea para hablar de justicia y democracia, con su mensajes de miseria, reclamando principios e ideología. Son ellos la única tiranía, en la que intentan camuflarse con obras o gestos. Es lo único que podemos esperar de la falta de respeto. Donde se creen con el derecho a decidir la vida de los demás y se autoproclaman defensores de los valores patrios. Mientras esto suceda, seguiremos teniendo sembrando la semilla del odio, Fue Zapatero quien, con su miserable Ley de Memoria Histórica, volvió a sembrar la semilla de ese odio cainita que los españoles decidimos superar décadas atrás.
La extrema derecha es Incapaz de ofrecer un proyecto de futuro, decidida a deslegitimar al adversario con la mentira y el odio. Tratando de imponer una visión sesgada de la historia y creando enemigos de los adversarios políticos. Fomentando que en algún momento el pueblo querrá «colgar de los pies» a Pedro Sánchez, quizás ignoren que simplemente la forma más democrática es simplemente obtener más votos que él, sin tener que recurrir al odio y la violencia.