No podemos olvidar el pasado.

Hoy se cumplen 79 años del golpe de estado de una parte del Ejército español que se sublevó contra la legalidad, contra un Gobierno legítimamente constituido y el fracaso parcial de ese golpe de Estado provocó la guerra civil. Murieron 600.000 personas en los casi tres años de guerra, a lo que habría que añadir unos 50.000 muertos en la represión que siguió a la guerra civil. No podemos olvidar el pasado.

El bando sublevado representaba a las fuerzas de derecha y extrema derecha, se autodenominaron “nacionales” y contaron desde los primeros momentos, con el apoyo fascista de tropas italianas y alemanas. Mientras que las fuerzas republicanas que defendían al gobierno democrático de España, no contaron con la ayuda de las potencias occidentales, que decidieron adoptar una política de “no intervención” por temor a que se estableciera un régimen comunista en España y solo tuvieron la colaboración de los voluntarios antifascistas que formaron las brigadas internacionales.

El gobierno republicano tenía divisiones internas, se sucedieron las derrotas del ejército republicano frente al ejército del bando nacional. España se dividió en dos zonas mutuamente enemigas, comenzó una guerra civil que enfrentó al hermano contra el hermano, al vecino con el vecino y al amigo contra el amigo. Una guerra en la que se mezcló la defensa de un gobierno legitimo y el golpe de estado, con una violenta represión y las venganzas personales por parte de los dos bandos. Una guerra fratricida en la que nadie fue inocente.

La guerra finalizó el 1 de abril de 1939; la República se desmoronó y sus representantes huyeron al extranjero, estableciendo un gobierno republicano en el exilio. Francisco Franco fue nombrado jefe de gobierno y máxima autoridad política con la unificación de la Falange y las JONS. El final de la guerra, no significó la paz, fue el triunfo de un gobierno no legitimo surgido de las armas, fue el final de la democracia para dar paso a una dictadura. que se prolongó hasta la muerte de Franco en 1975.

Después vino la competividad de la economía española, el desarrollo industrial, el crecimiento de la exportación, el aumento del turismo y la modernización del país. La dictadura se prolongó hasta la muerte de Franco en 1975, después la democratización del país y la llegada de la Ley de Amnistia de 1.977 que fue un acuerdo entre todas las fuerzas políticas mostrando su «voluntad de reconciliación», con ese paso se quiso hacer una ley de punto final para olvidar los crímenes de la Guerra Civil y la represión durante la dictadura. Negando el derecho de los familiares de las victimas a la verdad, la justicia y la reparación. Y, olvidando una legislación sobre la exhumación e identificación de personas desaparecidas. ¡No podemos olvidar!

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