Nacionalizar la red eléctrica.

El apagón eléctrico que sufrió la península ibérica el pasado 28 de abril no sabemos si fue el resultado de un accidente, de una negligencia o de un sabotaje. Algún día sabremos la verdad o no. Pero, el apagón ha servido para abrir un debate ideológico sobre la energía: la izquierda del PSOE pide nacionalizar Red Eléctrica y la derecha exige que no se desmantelen las centrales nucleares. Si el Ejecutivo quisiera podría recurrir al artículo 128 de la Constitución, que permite nacionalizar empresas y ahorros de los ciudadanos por el «interés general». Existe la posibilidad, pero está claro que ningún Gobierno está por la labor.

El Gobierno dice que “se harán las reformas y se tomarán las medidas que sean necesarias“. Beatriz Corredor, presidenta de Red Eléctrica ha garantizado que «no volverá a ocurrir» un cero eléctrico como el de esta semana porque «hemos aprendido», lo que es paradójico es que haga dichas afirmaciones sin saber con certeza lo que ha pasado. Y, la derecha ataca la gestión, la falta de información e incluso la negligencia de Pedro Sánchez y exigen ampliar la vida útil de las centrales nucleares. Lo que está claro es que el apagón eléctrico, aparte de paralizar a España y Portugal, puso en solfa las debilidades de un sector estratégico como es el energético.

Muchas veces cuando se habla de nacionalizar empresas es nacionalizar pérdidas, otras veces es buscar palancas de intervención estatal en sectores estratégicos en un país. Pero, es curioso que se hable ahora de renacionalizar Red Eléctrica, en la que actualmente el Estado sólo tiene un 20 por ciento de su capital. Cuando fue el Gobierno socialista de Felipe González en 1985, fundó Red Eléctrica para distribuir la energía eléctrica generada por operadores privados. Donde la liberalización del sector eléctrico ya había empezado con el Gobierno de Felipe González, renunciando “a la noción de servicio público”. Donde en 1999 el Gobierno de José María Aznar (PP) realizó una privatización parcial, de un 40% del capital. Llegaron otras Oferta Pública de Venta (OPV) hasta que la Sepi (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), es decir, el Estado solo controla actualmente un 20% de la empresa que gestiona la red de alta tensión.

Las eléctricas, han sido durante todos estos años una «puerta giratoria», para presidentes de Gobierno: Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González y José María Aznar, más de 20 ministros y muchos más cargos del Estado, que se apuntaron a ser consejeros externos con sueldos millonarios. Ahora, tenemos un buen ejemplo la presidenta de Red Eléctrica, una registradora de la propiedad, que fue ministra de Vivienda en los gobiernos de Rodríguez Zapatero entre 2008 y 2010. Tanto PP como PSOE han mostrado su hipocresía y ambos han utilizado a las eléctricas como puertas giratorias. El resumen es que la energía está privatizada: la luz, el gas, los combustibles, las comunicaciones.

Hablar de nacionalizar, es abrir un debate ideológico, que se hubiera tenido que hacer antes de la privatización de Red Eléctrica o Endesa, un proceso que comenzó con Felipe González y terminó con José María Aznar. Ahora, periodistas, tertulianos y políticos hablan de electricidad como si todos tuvieran su Grado en Ingeniería Eléctrica, se atreven a hacer hipótesis y conclusiones de los motivos del «cero energético» de lunes 28 de abril. Los más osados de la derecha y extrema derecha culpabilizan a Pedro Sánchez y defienden la energía nuclear como limpia y necesaria. El PSOE espera a dar una respuesta, si la encuentra. Y, la izquierda del PSOE pide nacionalizar la red eléctrica. Es cuestión de esperar a las posibles auditorias y que no vuelva a suceder. Pero, hay muchas cuestiones como las interconexiones entre países, mantener la estabilidad del sistema con distintas tecnologías (nuclear, renovables, fósiles, hidráulica) con diferentes capacidades de respuesta. Pero, sobre todo que la energía es un gran negocio en manos privadas, donde ellos son los que ajustan la oferta y la demanda, ellos son el oligopolio de un bien común, que debería ser garantizado como un servicio público. «El desenladrillador que lo lo desenladrille, buen desenladrillador será».

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  1. Nacionalizar la red eléctrica supondría rebajar el precio del MHh en el mercado mayorista y repercutir en la propia factura de la luz del consumidor. Pero, el poder de las eléctricas ( Endesa, Iberdrola, Naturgy, EDP y Repsol) y sus beneficios es enorme, Incluso el impuesto a las energéticas y a la banca que se publicó en el Boletín Oficial del Estado de la Ley 38/2022 fue tumbada la prórroga del gravamen a los beneficios de las energéticas, con votos de PP, Vox, Junts y PNV. Es evidente que en el caso de una posible nacionalización, el Gobierno no tendría apoyos suficientes. Donde siempre se impone el interés partidista frente al interés de la mayoría.

    Estamos muy lejos de nacionalizar eléctricas, ni tampoco Red Eléctrica, como hizo el Gobierno francés con Électricité de France (EDF), donde posee la totalidad del capital y los derechos de voto de la eléctrica, lo que le permitió recuperar el control total de la empresa nacional de electricidad para acelerar proyectos importantes, como aumentar la producción de energía nuclear. Las intenciones en España son diferentes, ni el PSOE ni la derecha quieren molestar a las grandes empresas energéticas, ni mucho menos nacionalizaciones. Al final el cero energético se quedará en una anécdota más, donde en las redes capitalistas no hay apagón eléctrico, ni en sus beneficios.

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