Me molestan las mentiras políticas, que me tomen el pelo, que piensen que soy tonto y que tenga que creerme todas las mentiras que me cuentan. El político miente como podemos mentir todos. Pero, lo que ocurre es que las mentiras políticas tienen efectos más destructores porque mienten a toda una sociedad. El mitómano miente para ganar prestigio, manipular a los demás, se cree sus propias mentiras y utiliza el engaño para conseguir lo que quiere. Podría ser una excelente definición de muchos políticos que encima de engañarnos nos quieren considerar como tontos.
La frase que mejor define la mentira política es quizás la del presidente de los Estados Unidos Abraham Lincoln: “Es posible engañar a unos pocos todo el tiempo. Es posible engañar a todos un tiempo. Pero no es posible engañar a todos todo el tiempo”. Me molestan las comparecencias públicas de esos políticos que intentan reforzar a toda costa su credibilidad intentando dar una creíble, positiva y honesta de sí mismos con victimismos, trucos e imprecisiones. Buscando culpabilizar a todo y a todos con el objeto de obtener atención.
No debería haber ruedas de prensa sin preguntas, una nueva moda de nuestros políticos y otros personajes públicos, en las cuales se limitan a leer una declaración institucional y no aceptan turnos de preguntas y repreguntas de los periodistas. No entiendo que un presidente de gobierno haga comparecencias ante los medios de comunicación a través de un televisor de plasma, que por sistema rehúya las ruedas de prensa, no acepte preguntas o, simplemente, se niegue a responder sobre los asuntos de más actualidad.
No me parece lógico el silencio de los políticos, ese deseo de vetar la palabra y la pregunta es una desconsideración hacía los periodistas y a los ciudadanos, un límite a los derechos de información y a la libertad de expresión, pero también hacía todos nosotros. Es tratarnos como tontos.
Me da vergüenza ajena que un presidente de la comunidad autónoma de Extremadura, con un sueldo bruto anual de 77.295 €, hable de su bajo sueldo y que ponga como ejemplo de honradez pagarse la luz ,el agua de su casa y sus gastos. Siento perplejidad de que el presidente de la comunidad extremeña, supuestamente viajaba mucho a Tenerife para ver a una señora con cargo al erario público. Y, que un congresista turolense, también supuestamente, viajaba mucho a Tenerife para ver la misma señora y por supuesto con nuestro dinero. No me importa la vida privada de nadie y menos de mártires que tienen vidas ejemplares, pero sí lo que hacen con los fondos públicos.
Me sorprende que los diputados y senadores puedan viajar gratis por todo el territorio nacional y que nadie les pida cuentas, que no exista ningún control, que no exista un tope de gasto para dichos viajes y que no se compruebe la finalidad de dichos desplazamientos con cargos a las Cortes Generales. Y, me asusta que el Presidente del Congreso no sea partidario de la transparencia y que afirme respecto a los viajes de los diputados y senadores que la actividad política debe tener discreción, defiende que los diputados se puedan mover por todo el país «con toda libertad» sin tener que justificarlos. Por lo que no hay manera oficial de conocer estos viajes nacionales, su desglose y el gasto que han supuesto.
Una cosa es que les interese creerse sus mentiras y otra muy diferente es que pretendan engañarme, un político lo primero que debe cumplir son las normas y después tiene que buscar a través del uso público de la razón las reformas y cambios con el fin de mejorar y hacer progresar a la sociedad. Sin olvidar que todo lo que no se pueda hacer público es sospechoso.