Cuando las estructuras del Estado en España fueron capaces de tener unidades policiales ilegales, la llamada policía patriótica del PP, que elaboraba informes fake contra Podemos y contra las fuerzas políticas independentistas catalanas. Cuando tras numerosas investigaciones judiciales que, a partir de las denuncias de actores políticos rivales, se llevaron a cabo contra Podemos desde el año 2014, así como sus sistemáticos archivos. La enorme atención mediática de la que fueron objeto esas investigaciones y del escandaloso silencio que sucedió a los autos de archivo. Eso podríamos considerarlo lawfare contra los lideres de Podemos y plantea dudas de nuestra democracia o por lo menos de sus usos antidemocráticos no de la Justicia, sino de determinados jueces.
Desde su nacimiento en 2014, son muchos los casos en los que se ha puesto en entredicho la conducta de algún miembro de Podemos o del partido como organización. Desde el blanqueo de capitales, el Informe P.I.S.A., los supuestos pagos por asesoramientos al Gobierno de Venezuela. La querella por prevaricación, cohecho y retardo malicioso de un proceso penal del exministro del PP, José Manuel Soria, contra la jueza y exdiputada de Podemos Victoria Rosell, que le hizo abandonar la política temporalmente. La presunta financiación ilegal de Podemos. La judicialización del robo del móvil de Dina Bousselham, exasesora de Iglesias, donde la Policía Nacional encontró una copia de la tarjeta del mismo en la casa de excomisario Villarejo. El caso Neurona por la denuncia de un exabogado del partido, José Manuel Calvente, por una presunta mala utilización de la caja de solidaridad de Podemos.
Más de 20 querellas, causas o líneas de investigación contra Podemos que ya se han archivado, están abiertas o simplemente se está esperando que corran la misma suerte. Todas ellas con el mismo objetivo: difamar a Podemos y a sus dirigentes. Un lawfare diseñado para destruir al enemigo usando, haciendo mal uso y abusando del sistema legal y de los medios de comunicación para crear un escándalo público contra ese enemigo. Dando bulos y noticias fake a las tertulias y a las editoriales de la caverna mediática, adulterando el sistema democrático mediante la intoxicación de la opinión pública. Condenas sin pruebas como las de Alberto Rodríguez, Vicky Rosell o Isa Serra.
Las estructuras del Estado o por lo menos ciertas estructuras utilizaron las bases de datos del Ministerio de Interior, la llamada “policía patriótica” para rastrear sin aval judicial a representantes del partido como Pablo Iglesias, Yolanda Díaz, Íñigo Errejón, Ione Belarra o Irene Montero, entre otros. Durante más de siete meses la vivienda familiar de Pablo Iglesias y de Irene Montero, tuvieron que soportar escraches en el contexto temporal y político del Covid. Todo esto y más será un objeto de investigación para la ciencia política, el derecho y las ciencias sociales en general, incluidas las ciencias de la comunicación. El cómo se cargaron a Podemos, incapacitando a sus lideres, desmoralizando a sus seguidores, buscando incluso su ilegalización como partido, buscando relaciones con el comunismo, el chavismo e incluso con ETA.
Lawfare a Podemos durante el ejecutivo de Mariano Rajoy y cuando Podemos tenía una amplia representación en el Congreso de los Diputados, donde Podemos ponía en solfa al bipartidismo y a las cloacas del Estado. ¿Casualidad? Está claro que las casualidades en política no existen. Son excusas misteriosas, en definitiva acciones de manipulación del Poder. Un espionaje masivo que la policía realizó sobre todos los diputados de Podemos a partir de 2015, nada más fueron elegidos, una policía patriótica creada por el ministro de Interior Jorge Fernández Díaz, hombre de absoluta confianza de Rajoy, que supuso un atentado del Gobierno del PP contra la democracia.
En definitiva, corrupción, impunidad, complicidad y otros calificativos más, para minar poco a Podemos. Se ha puesto en entredicho la democracia española, acompañado de un silencio sospechoso, no se han encontrado elementos para imputar a Podemos. ¿Algún día conoceremos la verdad? Quizás, la Justicia desvele todos los secretos con el tiempo, pero el mal ya estará hecho, Podemos con sus errores propios y el ataque de tantos enemigos, ya no es el partido que pudo dar el sorpasso al PSOE en las elecciones generales del 26 de junio de 2016.