El 14 de abril de 1931, el rey Alfonso XIII, abandonaba España y llegaba la Segunda República. Como escribió el poeta Antonio Machado: «La República había venido por sus cabales, de un modo perfecto, como resultado de unas elecciones. Todo un régimen caía sin sangre, para asombro del mundo». Comenzó una nueva etapa en la que España experimentó la democracia por primera vez desde la revolución de septiembre de 1868, a raíz de un pronunciamiento militar que destronó a Isabel II. Un sexenio con el gobierno provisional, la Constitución de 1869, la monarquía democrática de Amadeo de Saboya y tras su abdicación, la proclamación el 11 de febrero de 1873 de la Primera República en España. Una República con carácter reformista y un proyecto de estructura federal del Estado, que no se pudo consolidar por las tensiones internas entre centralistas y federales, los problemas económicos, la sublevación cantonalista, la guerra carlista y cubana.
La Primera República acabó con el pronunciamiento militar del general Pavía, las Cortes republicanas fueron disueltas y se estableció un gobierno presidido por el general Serrano que suspendió la Constitución, los derechos y libertades. Una etapa de transición hacia una nueva restauración monárquica, cuando, el 29 de diciembre de 1874, el general Martínez Campos proclamó al hijo de Isabel II, Alfonso XII, como rey. También, la Segunda República fue un período de grandes avances sociales y de derechos, que fueron paralizados por el golpe de estado del general Franco, la Guerra Civil y cuarenta años de dictadura. La Segunda República era un régimen con legitimidad democrática que sucumbió ante el fascismo y que se afanaron en hacernos borrar, durante el franquismo y la Transición, de la memoria colectiva sus importantes logros conquistados en libertades y derechos para la ciudadanía, que hemos tardado demasiado tiempo en recuperar. En todos los períodos de la historia hay luces y sombras, no se puede mitificar la Segunda República, pero si que hay que reconocer sus méritos y sobre todo que nos la arrebataron injustamente y por la fuerza.
Hoy se cumplen 90 años de la proclamación de la Segunda República, una fecha no para añorar sino para recordar. Una etapa de nuestra historia que no podemos olvidar y que nos tenemos que sentir orgullosos de sus logros en educación, en la aprobación del derecho a voto de las mujeres, la ley del divorcio y el matrimonio civil, la regularización del aborto, la sanidad gratuita y universal. Además de la consecución de derechos fundamentales como la libertad de asociación, de opinión, de manifestación, de prensa, la libertad de pensamiento y la militancia política y sindical. Y, de creación artística. No sé si «mañana España será republicana» pero hoy es una fecha para recordar y reivindicar la Segunda República. Que las tropas fascistas y un dictador nos arrebataron. Acabando con un legítimo gobierno, con el estado de derecho, con unos derechos adquiridos, con una modernidad cultural y de ideas. En suma, con la libertad…