La luz no dilata sino que contrae.

Alberto Núñez Feijóo quizás desconoce que la luz no dilata sino que contrae. Hoy durante un acto del PP en Cádiz, intentando elogiar la luz de la ciudad, ha dicho: «Yo he llegado a Cádiz, tengo la pupila dilatada sin necesidad de ir al oftalmólogo. Tienen ustedes una luz impresionante. Muchísimas gracias y enhorabuena por la luz gaditana». Las pupilas se dilatan cuando hay poca luz, cuando hay mucha, lo que sucede es lo contrario, que se contraen. Mejor que el señor Feijóo tenga los ojos bien abiertos ante la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso que le quite su puesto, después de las elecciones municipales y autonómicas, ante la luz que sale de la Puerta Sol. Porque mientras Feijóo entre frases ininteligibles, errores y lapsus está empezando a emular al expresidente Mariano Rajoy, Isabel Díaz Ayuso marca las directrices para ser la candidata a presidenta del Gobierno.

Díaz Ayuso es un verso suelto, que hace y dice lo que quiere, lo que le viene en gana, sin respetar las pautas que marca Feijóo, sin importarle las discordancias ni el malestar que pueda causar entre sus compañeros. La luz no dilata, sino que contrae los ojos, pero los destellos de luz de Díaz Ayuso pueden ocasionar pérdida de visión. Ella va «por libre», a su aire, pero al final va imponiendo sus directrices. Los medios de comunicación le ayudan, reproduciendo sus más o menos extravagantes opiniones. Cuando alguien le ataca pierde la batalla, como le pasó con Pablo Casado, por el supuesto desconocimiento de las actividades de su hermano, por recibir 300.000 euros por vender mascarillas, esquivando cualquier responsabilidad en la polémica adjudicación. Ayuso reconoció al final que su hermano cobró de la empresa a la que su Gobierno adjudicó un contrato. Lo que pudo acabar c0n la apertura de un expediente informativo y hasta una posible expulsión definitiva. Tras la tregua provocada por las elecciones de Castilla y León, estalló la guerra total. Los barones del PP impulsaron la marcha de Pablo Casado, hasta que en el XX Congreso en Sevilla llegó el cese de Pablo Casado como presidente del Partido Popular y su consiguiente sustitución por Alberto Núñez Feijóo.

La estrategia de Díaz Ayuso es atacar al sanchismo, a ETA y a Bildu. Mientras se habla de todo esto, se enmascara los éxitos económicos del Gobierno de coalición. con la apuesta de un discurso más moderado, sino también para limar las asperezas internas. El PP sigue boicoteando todas las iniciativas progresistas que salen del Parlamento, sigue teniendo miedo al relato de Vox en ciertas cuestiones socialmente sensibles. Tenían que buscar un revulsivo contra el Gobierno de España eficaz en la elecciones y ese es ETA. Feijóo está menos dotado que Díaz Ayuso para la polémica y la trifulca, y los populares necesitan una líder que sea todo menos moderada. A lo mejor Feijóo debería ir al oftalmólogo o tener un discurso propio.

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  1. ¿Dará resultado la estrategia de Ayuso? No lo sé. lo que está claro es que a ella no le gusta pasar desapercibida; que le gusta hacerse notar y que pone todo su empeño en provocar titulares como sea. Aunque sea atacando a un líder que se equivoca leyendo, que no sabe de lo que habla y que no sabe dónde está. Es el retorno del estilo crispado de José María Aznar, que tan buenos resultados le reportó al PP, que quiere emular Feijóo, pero que está hecho a la medida de Ayuso.

    Han vuelto a utilizar el terrorismo, el dolor de las víctimas y las mentiras, ante una falta de programa político. Intentan proyectar la sensación de cambio de ciclo ante el 28M y con el final del sanchismo. A pesar de pronosticar reiteradamente el apocalipsis, que nunca llegó. Un cambio que si Feijóo no lo consigue, abrirá las puertas de par en par, para que Ayuso sea candidata a Presidenta del Gobierno.

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