La Comisión Europea en su afán de establecer las condiciones de acceso a los fondos europeos, quiere considerar la energía nuclear y el gas como sostenibles y libres de emisiones contaminantes. La Comisión Europea pretende reconocer como «verdes» las centrales nucleares que ya están en marcha y las que se construyan al menos hasta 2045. Y, también los ciclos combinados que emplean el gas como materia prima, al menos hasta el 2030.
Durante las décadas de los años 70, 80 y 90, la ciudadanía estaba de acuerdo en el lema: «¿Energía nuclear? No, gracias». Ahora, Europa se divide en dos bloques: los países que tienen intención de seguir ampliando su parque nuclear y los que quieren desmantelar las instalaciones existentes. Las centrales nucleares son muy seguras, ni contaminan, ni hacen ruido, pero son las únicas que generan residuos muy contaminantes que lo seguirán siendo dentro de 500 años. No podemos ser hipócritas, la energía nuclear tiene un gran hándicap: no hay una solución para tratar los residuos y esa es una razón suficiente para no seguir con ella. Sin embargo, los hay los que invocan argumentos como el incremento de la demanda mundial de energía, la necesidad de controlar y reducir la emisión de gases de efecto invernadero, el agotamiento de las fuentes fósiles o el bajo precio de la energía nuclear comparada con otras fuentes.
¿La energía nuclear es la única fuente capaz de suministrar grandes cantidades de electricidad sin afectar al cambio climático? España, por ejemplo, importa el 80% de los combustibles fósiles, tenemos limitados los recursos energéticos convencionales (no renovables), por lo que nuestro sistema energético se ha caracterizado siempre por poseer una alta dependencia del exterior. Las centrales nucleares se concibieron como ayuda a contener los precios de la electricidad en la curva de demanda eléctrica. Pero, el problema radica en la falta de apuesta por las energías renovables, las que toman como fuente materiales infinitos en la naturaleza, por lo tanto inagotables y que contaminan menos en el proceso y sin tener que guardar residuos.
La energía verde es aquella que procede de fuentes de energías renovables, es decir, aquellas que utilizan los recursos a un ritmo menor o igual que se producen. Como la energía eólica, solar, biomasa que provenga de cultivos o explotaciones sostenibles, energía geotérmica, la de las olas y la hidroeléctrica, planteando dudas al elevado consumo de recursos naturales en esta última. Estamos en el dilema y aparente contradicción, de las decisiones ambientalmente aceptables y económicamente viables. Pero, todo mucho mejor que la energía nuclear, que es todo menos verde.