La aristocracia, un insulto para la ciudadanía.

La aristocracia, en un grupo más o menos numeroso de personas (condes, duques,marqueses…) con la posesión de derechos sobre títulos, tierras y propiedades a través de los mecanismos de sucesión y herencia, que recibieron sus antepasados por su ayuda en la reconquista cristiana contra los moros.

Con la muerte de la duquesa de Alba, la más libre, la más rebelde de las aristócratas, que vivió como quiso,porque se lo podía permitir gracias a un patrimonio estimado de 3.200 millones de euros. La herencia dejada por la duquesa de Alba incluye numerosas propiedades repartidas por toda España,palacios y castillos,colecciones de arte,… estableciendo un sistema de ingeniería financiera entre sus empresas y sus fundaciones para minimizar los tributos al fisco porque pertenecen al Patrimonio Histórico español. Aparte, de poseer más de 34.000 hectáreas de tierra por las que la familia recibe anualmente más de dos millones de euros,de subvenciones de la Política Agraria Común para su explotación.

En contraste, leemos hoy en la prensa que 5,7 millones de españoles cobran 645 euros al mes,es decir que un tercio de los asalariados,no son ni siquiera mileuristas. La aristocracia es un insulto para la ciudadanía, la aristocracia se convirtió en los nuevos «señores», en terratenientes absentistas, que vivían lejos de sus tierras, descuidando su explotación o dejándolas directamente ociosas. El campo dejó de valer, la pobreza y el hambre, motivaron una constante emigración., 

Los aristócratas comenzaron a recibir cuantiosas ayudas económicas de Europa. Por eso,cuando nombraron a Cayetana de Alba hija predilecta de Andalucía, en febrero del 2006, hubo protestas de jornaleros al grito de «menos medallas y más reforma agraria». La Casa de Alba ha representado el continuismo de la sociedad feudal en Andalucía hasta nuestros días,ha mantenido su fortuna,la ha ampliado a costa de los jornaleros y se ha beneficiado supuestamente de las leyes.No se entiende el destacado despliegue en los medios de comunicación y la admiración a una duquesa que tenía un «feeling» con el pueblo por bailar una sevillana en la calle, asistir a una corrida de toros, hablar incesantemente de Sevilla o hacer obras sociales, pero viviendo a costa de los jornaleros del campo. Ser Duquesa de Alba no tiene ningún mérito, lo que realmente es meritorio es sobrevivir con 645 euros al mes y poderte permitir ser libre,rebelde y poder llegar a final de mes.

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