Españolismo catalán.

Hoy manifestación en Barcelona del españolismo catalán por la unidad de España, entre 950.000, (según la Societat Civil Catalana) y 350.000 personas, (según la Guardia Urbana de Barcelona), con mayoría de banderas españolas, senyeras (no las esteladas) y algunas banderas europeas. Con unos lemas que se han gritado en la manifestación como «Cataluña es España», «yo soy español», «no nos engañan» ,»esta es nuestra policía» (refiriéndose a la Policía Nacional y Guardia Civil), cantando «Que viva España», proclamas hostiles e insultos a los Mossos d’Esquadra  y también el de «som catalans» (somos catalanes).

La sociedad catalana, es una sociedad de mestizaje, de migración, de diversidad. La importancia cuantitativa de la migración, sus características sociológicas y culturales específicas le han imprimido una carácter tanto de catalanidad como de españolidad, que siempre han coexistido. No se puede negar que en Catalunya, hay gente que se siente solo española; otros se sienten españoles y catalanes; otros catalanes y españoles; y algunos solo catalanes. En Catalunya, siempre ha habido una identidad propia que ha predominado sobre el nacionalismo españolista y eso a veces también se ha querido imponer. En general, se ha identificado lo español con la derecha reaccionaria española, con la represión y la falta de libertad.

La integración ha existido, los problemas de cohabitación fueron los normales y muchos menos de lo que se piensa en el resto de España. Pero, eso no quiere decir que en Catalunya haya un pensamiento único. Si retrocedemos una generación, comprobamos que solo el 41% tiene padres catalanes, por lo tanto a la pregunta. Lo cual ha creado una sociedad de hijos catalanes, de padres procedentes de la migración del resto de España, que a lo mejor no están dispuestos a perder su españolismo. 

En los últimos años, el independentismo ha dividido a la población, hay una fractura en la sociedad catalana, entre los ciudadanos, que apoyan la independencia y los que no la apoyan. Se ha dividido una sociedad entre los que defienden sus ideas saliendo a las calles y los que se han quedado en sus casas. Lo que se ha dado por llamar, la mayoría silenciosa. Una mayoría silenciosa que quieren ser españoles y no quieren la independencia, una mayoría silenciosa que a lo mejor estaban dispuestos al derecho a decidir y su voto hubiera sido: no a la independencia.

Me preocupa el frentismo de ideas y banderas, de unos y de otros. Estoy cansado de banderas y de ver el odio en muchas caras; estoy saturado de políticos que deberían dimitir; estoy harto de que nadie esté dispuesto a hablar, ceder y buscar puntos de encuentro; estoy hastiado de medios de comunicación que solo calientan y manipulan…  La Societat Civil Catalana, ha sido capaz de convocar a miles y miles de personas hoy en Barcelona, para defender la unidad española, apoyar a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, defender un españolismo catalán… Pero ¿qué hacemos con los que no quieren ser españoles? ¿Les obligamos a ser españoles a la fuerza? ¿Se puede obligar a alguien a hacer lo que no quiere? ¿O, es más justo dar la posibilidad de poder elegir?

Esta entrada tiene un comentario

  1. Andrés Marco Lou

    Ni con el Gobierno Español ni con la Generalitat, sino con el diálogo ¿Parlem? ¿Hablamos? es lo que reclama una plataforma ciudadana. Un problema político que se ha intentado resolver en los tribunales. Lo que se necesita es diálogo y sentarse en una mesa para hablar. Manifestaciones con mucha afluencia, este sábado al mediodía ante ayuntamientos de toda España. Con ropa, carteles y manos blancas, sin banderas, sin partidos o ideologías. A través de redes sociales se ha transmitido unas frases que son para meditar: «es hora de decir que España es mejor que sus gobernantes», que «han sembrado el odio, nos enfrentan y nos dividen», «si no intervenimos como sociedad, España se convertirá en un país difícil de habitar» ,»la convivencia es posible»… Puede que moleste a los que prefieren que nada cambie, pero el cambio comienza en la calle, en el dialogo y después con nuestro voto. Porque solo con nuestro voto podremos cambiar todo lo que no nos gusta…

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