El Consejo de Ministros ha aprobado la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) a 1.184 euros brutos en 14 pagas, se incrementa en 50 euros al mes y en 700 euros al año, un incremento del 61% desde 2018. Pero, con la subida del SMI los empleadores deberán retener IRPF a sus asalariados, lo cual significa que de los 700 euros brutos, aproximadamente 300 euros serían de retención y quedarían finalmente 400 euros netos de esa subida. ? Es lógico que los que menos cobran se les practique retenciones por rendimientos del trabajo ? En los últimos años, siempre que el SMI subía, Hacienda llevaba a cabo una revisión del IRPF para aumentar hasta la nueva referencia retributiva el mínimo exento a partir del cual hay que pagar. Hacienda esta vez se ha negado a elevar el mínimo exento del gravamen por primera vez en cuatro años.
El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) es una carga fiscal que grava los ingresos de las personas físicas en España, incluidas las pensiones de jubilación. Este impuesto es progresivo, lo que significa que a mayores ingresos, mayor porcentaje de retención se aplica. La cuestión es que 2,4 millones de trabajadores cobran en España el SMI, pero recordemos también que hay 4.571.298 pensionistas a 1 de enero de 2025, que cobran un importe inferior al SMI vigente. ¿ Por qué excluir el IRPF a los trabajadores, mientras las pensiones contributivas de jubilación están clasificadas como rendimientos del trabajo, lo que hace que también estén sometidas a la retención del IRPF ?
Lo lamentable es que un éxito del Gobierno de España, que ha conseguido incrementar el SMI desde los 736 euros de 2018 a 1.184 euros por 14 pagas en 2025. Se ha empañado por la decisión de que el IRPF sea descontado de las nóminas de los trabajadores, es decir, retener parte de sus ingresos para ingresarlos en Hacienda. Todos los partidos del arco parlamentario están en contra de la decisión del Gobierno, todos están a favor de elevar el mínimo exento del IRPF y que el salario mínimo no tribute por este impuesto. Pero, el pago de tributos constituye un deber ciudadano indispensable para alcanzar los propósitos de una sociedad justa y equitativa.
El problema en España, no es que los trabajadores que cobran el SMI se les haga una retención o no. El objetivo tiene que ser que no haya trabajadores que cobren menos del 60% de la media salarial del país. Es decir, que los trabajadores cobren más dinero, para que toda la población tribute al IRPF. No podemos equivocarnos y caer en el discurso de la derecha de ir contra los impuestos, porque para sostener los servicios públicos de calidad hay que pagar impuestos. Y, que la principal misión de un Gobierno progresista es tener un sistema fiscal que sea de verdad progresivo y que pague más quien más tiene, como el impuesto a las energéticas y a la banca. Porque, si se perdona a los que más ganan, es injusto que paguen los que cobran el salario mínimo.
No hay justicia social, sin justicia fiscal. Que el Ministerio de Hacienda no elevara el mínimo exento del IRPF al nuevo salario mínimo, es por justicia fiscal. Aunque todos estamos de acuerdo, de que la justicia fiscal empieza por los que más tienen y no por los que perciben el SMI. Las promesas de reducción de impuestos suponen un doble atentado a la justicia y a la garantía de derechos básicos de ciudadanía, porque sin impuestos es imposible tener presupuestos para políticas sociales, en defensa del medio ambiente, para la educación, la sanidad públicas…
El artículo 31.1. de la Constitución Española establece que “Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio”. Aunque, todos sabemos que la justicia fiscal en España, está muy lejos de cumplirse.
No podemos excluir de pagar IRPF a los que menos cobran, pero si se puede establecer un IRPF más justo y progresivo, bajando los impuestos a los sueldos más bajos y aumentando el tipo a los que más cobran. Pagar a Hacienda significa cobrar menos, pero el aumento de 50 euros mensuales en el SMI, aunque insuficiente supone una leve mejora en el poder adquisitivo de los peor pagados. El salario mínimo ha aumentado un 60,91% desde 2018 y eso es bueno. Al final, la mayor parte de trabajadores que ganan el SMI «seguirán sin sufrir retenciones por el IRPF», afectando solo al 20% de los mismos. Aunque, se le critica al Gobierno que haya sido una medida para recaudar más IRPF. Quizás lo justo sería no tener retenciones, pero peor sería que no hubiera subida del SMI.