Cuando no hay democracia, división de Poderes, instituciones, alternancia y respeto a los derechos humanos es que existe una dictadura. Las dictaduras no son de derechas, ni de izquierdas, son dictaduras. Nos cuesta llamar a las cosas por su nombre, abusamos de eufemismos, circunloquios, frases hechas, vaguedades, expresiones políticamente aceptables o menos ofensivas, para suavizar, manipular y edulcorar lo que es una dictadura. Y, muchas veces caemos en el error de considerar o no, a una dictadura por la ideología.
Hay dictaduras, guerras, hambrunas, migraciones que aparecen en cada telediario, que llegan puntualmente a todo el mundo en un despliegue mediático, despertando un sentimiento de rechazo de la población, muchas veces por intereses partidarios. Entonces, la dura realidad que se nos presenta, es diferente según la cantidad de veces que la leemos, escuchamos o vemos.
Nos parece más grave, más urgente, mejor o peor políticamente, una dictadura, una guerra, una hambruna o una migración, según nuestra ideología. Las guerras de Ucrania y la de Israel contra el pueblo palestino, son igual de injustas, de crueles y de inhumanas. Es igual una hambruna en África o en Asia, la gente se muere igualmente de hambre. Es igual una migración de africanos, que de ucranianos o de españoles después de la Guerra Civil, todos abandonan involuntariamente su país.
De Putin a Maduro, de Kim Jong-un presidente de Corea del Norte al presidente de China Xi Jinping, son dictadores. De Teodoro Obiang Nguema presidente de Nueva Guinea Ecuatorial a la dictadura saudí, pasando por los 23 dictadores que hay actualmente en África, son todos dictadores.
En el mundo hay más autocracias cerradas que democracias liberales, vivimos en un declive democrático a nivel mundial y un número cada vez mayor de personas viven en regímenes no democráticos. Venezuela es una dictadura, pero también lo es Cuba o Nicaragua. No son mejores, ni peores, todas las dictaduras son igual de impresentables, igual que fueron la de Hitler, Mussolini, Stalin, Mao, Salazar o Franco.
Cuando la derecha en España, hace tanto énfasis en Venezuela, se olvida de las demás y de nuestro pasado. Venezuela precisa unas nuevas elecciones, necesita democracia y libertad, pero también Marruecos, Kuwait, Catar, Arabia Saudí, Kuwait, Catar, Omán, Baréin o los Emiratos Árabes, que son monarquías absolutas, de las que nadie habla. No se puede utilizar el sufrimiento de los venezolanos y venezolanas, para hacer antipolítica en España, acusando al Gobierno de España de «cómplice de Maduro» .