La esperanza de vida aumenta casi en la misma proporción que desciende el número de nacimientos, una relación que incide directamente en el futuro de las pensiones, ya que el sistema español se basa en la histórica solidaridad intergeneracional, donde las personas que están en activo son las que aportan las cotizaciones que el Estado necesita para pagarlas. El gasto en pensiones contributivas en España se sitúa en el 11,5% del producto interior bruto (PIB). Las pensiones contributivas se revalorizarán en 2025 un 2,8%, con carácter general, de acuerdo con el Índice de Precios de Consumo (IPC) medio interanual. Subirán un 6% las pensiones mínimas, las pensiones no contributivas y el ingreso mínimo vital, subirán un 9% y se revaloriza adicionalmente un 5% el complemento para la reducción de la brecha de género.
Cada año por estas fechas, aparecen los anuncios catastrofistas de la inviabilidad financiera del sistema, la generación de desconfianza y la incertidumbre sobre el futuro de las pensiones pagadas por el Estado. Donde la derecha pretende que la gestión privada y el mercado financiero, sean una parte garante del estado de bienestar, dejando a la responsabilidad individual y al fomento del ahorro y la inversión, el cobrar una pensión cuando te jubiles. Buscando la «regla 30:30:30:10», donde en la planificación de ingresos se destine el 30% a los gastos diarios, el 30% a las inversiones, el 30% a los ahorros para la jubilación y el 10% a los gastos de emergencia. Me gustaría saber ¿ cómo un mileurista, puede hacerlo ? Destinando 300€ a gastos diarios: comida, transporte, servicios…; 300 a vivienda; 300 a jubilación y 100€ a gastos de emergencia. ¿ Nos toman el pelo ?
Incluso algunos gurús de la economía se atreven a decir que las pensiones de la Seguridad Social, son una estafa piramidal que ya está en quiebra. Donde afirman que las pensiones de la Seguridad Social siguen el mismo esquema que cualquier estafa piramidal; donde el dinero que aportan donde las personas que están en activo se utiliza para pagar a los que se jubilan. Y, si no entra suficiente dinero de cotizaciones con que pagar las jubilaciones, puede llegar el momento en que el Estado esté tan endeudado que no pueda mantener el Estado de Bienestar. Es evidente que el factor demográfico, la mayor longevidad, los factores económicos, las consecuencias de la crisis económica y sus derivaciones en los cambios en el mercado laboral: retraso en la incorporación laboral, menores salarios, mayor precariedad, etc., derivan menos cotizaciones presentes y menores prestaciones presentes y futuras. Pero, el futuro de las pensiones no solo está en la sostenibilidad financiera del sistema público, sino del interés por parte de la derecha de la privatización de todo, de las pensiones, de la sanidad, de la educación…
Cuando se escucha y se lee que: «las pensiones son un sistema piramidal», que la «Seguridad Social es insostenible», y «el futuro de las pensiones es inviable», hay un interés partidista de la derecha, porque el Estado, pone el dinero que falta con el resto de impuestos, igual que paga colegios, hospitales y carreteras, que no tienen ingresos. Las pensiones públicas son un derecho como la enseñanza pública o la sanidad pública. El único interés es la privatización, que te pagues la jubilación, que pagues la sanidad privada y la enseñanza privada, desde infantil hasta la universidad. Hay que seguir apostando por un sistema que defienda lo público y el Estado de Bienestar, donde las empresas y trabajadores en activo aportan un dinero para pagar las pensiones de los jubilados, las pensiones no contributivas, las de orfandad, las prestaciones de desempleo…
Porque gracias a la solidaridad intergeneracional y a los impuestos se puede mantener el Estado de Bienestar: pensiones, sanidad, educación, seguridad, infraestructuras… elementos básicos que contribuyen al progreso y la mejora de la sociedad y el país. Y, sobre todo para que exista menos brecha entre ricos y pobres, para que los que no somos ricos podamos tener la mejor educación, sanidad y una jubilación decente para poder seguir viviendo, a tener el derecho a tener derechos sociales.
Algunos dicen que se piensa mucho en los jubilados y muy poco en la juventud, pero no es muy lógico enfrentar los intereses de los jóvenes con los de los mayores. En España, tenemos un sistema de pensiones, que constituye el centro neurálgico de nuestro estado de bienestar, hasta tal punto que nuestra sociedad proporcione unos años de seguridad en los últimos años de vida.
Quizás tengamos un sistema de protección social sesgado hacia la gente de más edad y una mayor protección ante la pobreza para los mayores que para los jóvenes. Pero, lo que no podemos es utilizar argumentos un tanto tramposos, como comparar los ingresos de unos y otros o el índice de pobreza en un momento determinado. El Estado debe ayudar a sus jóvenes a que tengan cubiertos su derecho a la educación, a la sanidad pública, a un trabajo y a un sueldo digno. Y, hay que recordar, que los mayores que ahora cobran su jubilación, también tuvieron sus problemas para seguir adelante.
Todas las personas activas alcanzaran en un momento de su vida esta etapa en la finaliza su vida laboral y accederán a la vejez y tengan que tener cubiertas sus necesidades. La pensiones no es una cuestión de viejos, es de todos, porque todos, si no pasa nada irremediable, todos nos haremos viejos.