Pedir asilo es un derecho humano. El asilo protege a individuos cuya vida o libertad se encuentran amenazadas o en peligro, por actos de persecución o violencia, derivados de acciones u omisiones en su país. El lugar de nacimiento influye poderosamente en el destino de las personas. Los que nacen en países ricos y democráticos tendrán oportunidades diferentes a los que nacen en países pobres o gobernados por dictaduras. El derecho a la emigración debe aceptarse por razones de equidad. Hay refugiados que son invisibles y otros tienen privilegios como el opositor venezolano de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) Edmundo González y su mujer Mercedes López, que han llegado a España en un avión de la Fuerza Aérea Española, donde el Gobierno de España les concederá el asilo político solicitado. Está claro que hay dos tipos de refugiados, los que tienen el privilegio que el Gobierno de España ponga a su disposición un Falcon 900 de la Fuerza Aérea Española para ir a Venezuela y de regreso a España. Y, los que tienen que saltar las vallas de Ceuta y Melilla o tengan que cruzar el Mediterráneo en un cayuco.
Diferente trato a Edmundo González y los solicitantes de asilo e inmigrantes que llegan a la frontera Sur de España como “ilegales”, inmigrantes clandestinos o inmigrantes económicos. Pero, también hay solicitantes de asilo y refugiados, que pudieran en realidad estar huyendo de persecución y graves violaciones de derechos humanos, que no son tan mediáticos como Edmundo Gonzálex y Venezuela, su país de procedencia. Pedro Sánchez defiende el asilo a Edmundo González Urrutia: “Es un gesto de humanidad con quien sufre la persecución y la represión. Sin embargo, una carrera de obstáculos con políticas y prácticas que impiden a muchas personas llegar a España y pudieran pedir asilo, sin identificar de forma adecuada y efectiva a las personas que son refugiadas políticas.
Un día después de las elecciones de Venezuela, el 29 de julio hasta el jueves 5 de septiembre, González Urrutia permaneció a resguardo en la embajada de Países Bajos en Caracas, Edmundo González se traslada a la Embajada española, para acabar tomando la decisión del exilio y la formalización del asilo en España. La diplomacia de España y Venezuela se pusieron a trabajar, para conseguir una negociación y concretar la salida de Edmundo González. Todo así de sencillo, una persona que huye de una persecución o del riesgo de sufrir daños graves en su propio país tiene derecho a solicitar protección internacional y España se lo ha dado.
Después están los otros refugiados, solicitantes de asilo e inmigrantes donde el Gobierno español no cumple con sus obligaciones en virtud de los instrumentos internacionales de derechos humanos. Que son expulsados «en caliente» en la frontera Sur de España y las Islas Canarias. sin permitirles acceder al proceso de asilo, para determinar si huyen de violaciones de derechos humanos y necesitan protección. Quizás los inmigrantes subsaharianos en su viaje por Marruecos hacia España, no sufren persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, opiniones políticas, pertenencia a determinado grupo social, de género u orientación sexual. Quizás los inmigrantes subsaharianos son todos personas que no pueden sobrevivir en sus países de origen y están dispuestos a trabajar en condiciones y en trabajos que muchos españoles no aceptarían nunca. Quizás los inmigrantes subsaharianos son tratados de una manera diferente a Edmundo González Urrutía.