Empleamos eufemismos como gestación subrogada o vientre de alquiler, por no decir comprar un bebé. La gestación subrogada es un técnica de reproducción asistida por la que una mujer gesta en su vientre al hijo de otra persona. Tras el parto, la gestante renuncia a todo derecho sobre el bebé, que pasa a otra persona. En España es una práctica prohibida por la Ley 14/2006, sobre técnicas de reproducción humana asistida, que indica en su artículo 10 que el contrato de gestación subrogada es nulo de pleno derecho y que la mujer que da a luz es considerada la madre legal del bebé. Ya que está basada en el principio de derecho mater semper certa est, que significa que la madre siempre es conocida una técnica ilegal. Sin embargo se permite la inscripción en el Registro Civil de bebés nacidos por gestación subrogada en terceros países en los que sí es legal cuando hay sentencia judicial de filiación dictada por el país de origen. Por el interés del menor, prevaleciendo su protección, porque no puede quedar en situación de indefensión legal. Es decir, que si lo puedes pagar lo puedes hacer, da igual que sea ilegal en España, al final puedes inscribir como tuyo un bebé comprado.
Hay países donde se puede comprar un bebé sin ningún tipo de obstáculo legal y administrativo, donde madres sin recursos venden su vientre, donde están implicados médicos, notarios y abogados ante la indiferencia de los gobiernos de dichos países. Y, después están países como Rusia, Ucrania, Georgia, Grecia, Reino Unido, Australia, Sudáfrica, India, Sudáfrica, Tailandia, Canadá y en algunos estados de Estados Unidos. Con determinadas particularidades en cada país que permiten con mayor o menor flexibilidad la gestación subrogada. Y, también en algunos países restricciones según el modelo de familia: heterosexuales, homosexuales o solteros. Comprar un de un hijo es normalmente un negocio, porque la venta de bebés no es normalmente una gestación altruista y siempre se vulnera el derecho de que la gestante es la única madre.
Tener hijos es una actividad muy importante en nuestra cultura, es un objetivo normal para muchas personas. Cuando una persona habla del derecho a ser madre, se basa en la idea de que decide lo que le hace feliz. Pero, eso no quiere decir que el Estado deba convertir en derecho cualquier cosa que yo quiera hacer para buscar mi felicidad, en especial si estamos hablando de comprar un bebé. El deseo de tener un hijo no puede pasar por encima de los derechos de la gestante y mucho menos cuando por dinero la gestante renuncia a sus derechos. Estamos hablando del supuesto derecho a ser madre, si lo puedes pagar lo puedes hacer, da igual que sea ilegal. Con el derecho de las mujeres gestantes vulnerando su dignidad y del niño, explotando su estado de necesidad, mercantilizando la gestación y la filiación, permitiendo en definitiva realizar negocio con ello, a ellas y a intermediarios. Tener hijos no es un derecho, porque nunca los deseos, por muy dignos que parezcan, deben cumplirse a costa de los derechos de terceras personas.