Una de las tres Leyes de Newton, junto con la Ley de inercia y la Ley de masa, es la Ley de de acción y reacción, que dice: «Si un cuerpo actúa sobre otro con una fuerza (acción), éste reacciona contra aquél con otra fuerza de igual valor y dirección, pero de sentido contrario (reacción)». Las fuerzas aparecen siempre en parejas iguales y de sentido contrario. pueden ser iguales pero los efectos no tienen porqué serlo. Si golpeamos un clavo con un martillo, este es golpeado por el clavo con la misma fuerza. Si golpeamos con el puño una pared, la pared quedará como estaba, pero el puño quedará dolorido. Las fuerzas serán iguales, según Newton, pero los efectos no tienen porqué serlo.
Casi todo lo que pasa en Catalunya, se quiere explicar, justificar y solucionar con el principio de acción y reacción. A la acción del independentismo catalán, siempre surgió la reacción de minusvalorarlo o de reprimirlo. La acción del «procés», fue aprobar leyes saltándose el Estado de Derecho, como una reacción a la falta de diálogo político con el gobierno español. La acción y reacción de la causa independentista en Catalunya, solo ha servido para que haya dos bandos enfrentados: los que están a favor del independentismo y los que defiendan la unidad de España.
En el momento que se sustituyó la política por la judicialización, en el momento que se buscó a cada acción una reacción, todo se complicó. Porque todos explican las cosas a su modo y manera, y tan malo es saltarse la ley como ignorar la opinión de la gente. Los políticos han convertido el tema de Catalunya, en un tema principal, muchas veces como excusa para hacer propuestas y promesas que quizás no tengan. El espectáculo de la acción y la reacción en Catalunya, cansa tanto a catalanes como al resto de españoles. Al final, cada uno juzga cada acción y reacción, de una manera parcial y sin tomar referencia de lo que piensa la otra parte.
El cansancio del mismo tema recurrente, la falta de nuevas ideas y soluciones sobre el tema de Catalunya, solo nos ofrece una visión de unos políticos con muy poca altura y el hartazgo por parte de los que votamos. Aparte de lo que ha supuesto, para la derecha y la ultraderecha, la idea de defender la unidad de España como gran baza electoral para conseguir votos. Lo dicho, cansancio siempre de lo mismo y de jugar con nosotros, justificando cada acción con una reacción y olvidando que estamos condenados a entendernos o a estar enfrentados «in saecula saeculorum…