El término aquelarre ha variado mucho a lo largo del tiempo, originalmente asociado a una reunión de brujas y brujos con rituales satánicos, hechizos y encuentros demoníacos. Ahora, es una reunión de la extrema derecha negacionista, contra los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y su libertad para decidir plenamente sobre su cuerpo. En contra de las personas homosexuales y transexuales, en contra de la eutanasia. Defendiendo el creacionismo y poniendo en duda, la teoría de la evolución.
La Constitución Española en el Artículo 20, reconoce y protege los derechos a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción. Pero, no es muy lógico, que se celebre en el hemiciclo del Senado, el órgano constitucional que representa al pueblo español que colabora con el Congreso de los Diputados en la elaboración y aprobación de las leyes que todos tenemos que cumplir, la VI Cumbre Transatlántica «Por la libertad y la cultura de la vida», organizada por la asociación internacional y ultracatólica Network for Values, que se aprobó por unanimidad de la Mesa, aunque el PSOE posteriormente reclamó su suspensión por comprometer la neutralidad de la institución.
Se supone que dentro del Senado, se deberían debatir ideas dentro del respeto constitucional y del Estado de Derecho y no soflamas incompatibles con la legislación vigente, en contra de los derechos reproductivos de las mujeres, de los homosexuales y el derecho a la eutanasia. Todos amparados por leyes aprobadas democráticamente en España.
El Senado no puede ser un salón de alquiler para una cumbre ultraconservadora, el Senado representa a toda la sociedad española y no solo, la opinión de la derecha y la ultra derecha, vulnerando los derechos humanos en los postulados debatidos en esta aquelarre antiabortista, de bulos y mentiras. Donde un exministro del Partido Popular, Jaime Mayor Oreja dijera en la cumbre ultra derechista que «entre los científicos está ganando los que defienden la verdad de la creación frente al relato de la evolución». Buscando reforzar su aquelarre antiabortista, al citar la supuesta derrota del aborto en las elecciones estadounidenses que dieron la victoria a Donald Trump.
Una derecha y ultraderecha que defienden Dios, vida, patria y familia. Que anteponen un ser supremo que supuestamente nos ha creado, que niegan el evolucionismo y la ciencia. Defienden la «cultura de la vida» en contra del aborto y la eutanasia. Son patriotas y piensan que ellos son los únicos que aman la patria, pero no les importa ni los ciudadanos y sus derechos. Hablan de familia, de familia tradicional, porque no conciben otra forma de amor y además atacando a todos los que son diferentes a ellos. Una derecha y ultraderecha que salen de las cavernas, que no aceptan la democracia y que no respetan las leyes. Algunos les votan y como en siglos pasados en los aquelarres brujas y los brujos se reunían para realizar sus conjuros y adorar a satanás, lo que pasa es que estos «derechones» hacen el aquelarre y la inquisición a la vez, y a los quieren meternos en la hoguera es a nosotros.