Muchos hombres piensan que estar de fiesta presupone que las mujeres sean más permisivas en su libertad sexual. Las agresiones sexistas que se producen en espacios de ocio nocturnos y en fiestas populares hacía las mujeres, son un síntoma de machismo en nuestra sociedad. Los tocamientos, el acoso, los insultos son violencia sexual que parece más invisible y permisiva en los momentos de fiesta, poniendo el alcohol y las drogas como disculpa de dichas acciones. La sociedad debe acabar con la violencia machista, con la creencia de que las mujeres son propiedad de los hombres y que pueden hacer lo que ellos quieran. La igualdad tiene que ser transversal y para todos igual.
Las fiestas de los sanfermines en Pamplona, son un ejemplo de multitud, de fiesta, de excesos y por desgracia de agresiones sexistas. En cinco días de sanfermines, han denunciado haber sido violadas cuatro mujeres, una más ha sufrido un intento de violación y otras nueve han denunciado a la Policía haber sufrido tocamientos y abusos. 15 personas han sido detenidas, seis por agresión sexual y nueve por abusos. En el caso, de la violación en la madrugada del día 7 de julio, a una joven de 18 años por parte de cinco individuos, los agresores grabaron la violación.
Las agresiones sexistas son una forma de afirmación de masculinidad y de grupo, que están repuntando estos últimos años. Muchos adolescentes agreden a sus compañeras, como una forma más de violencia de género, convirtiendo a la mujer en un objeto, con el que pueden hacer lo que quieran. El año pasado se contabilizaron en España, al menos 1.127 violaciones, según las cifras del balance de criminalidad presentado el mes de febrero por el ministro del Interior Jorge Fernández Díaz. Tres violaciones al día, una cada ocho horas.
Las únicas formas de erradicar este tipo de agresiones es educar en las escuelas y en la sociedad para conseguir una igualdad plena y sobre todo, la denuncia de los hechos, para que no se queden invisibles las agresiones sexistas. La solución es respetar a las mujeres, tenerlas como iguales y no la creencia de enseñarlas a asistir a determinados lugares, a determinadas horas, en definitiva a limitar su libertad y su movimiento. Los hombres deben de entender que hay que respetar la libertad de las mujeres y que cuando una mujer dice no, es no.
El Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) ha confirmado, hoy la condena de nueve años de prisión que impuso la Audiencia Provincial a los integrantes de la Manada por un delito continuado de abuso sexual con prevalimiento. La sentencia cuenta con un voto particular discrepante formulado por dos de los cinco magistrados, que estiman que habría que condenar a los cinco procesados por un delito continuado de agresión sexual y tener penas de 14 años, 3 meses y un día.
Pero, de momento habrá que esperar al Tribunal Supremo, porque dicha sentencia defiende que los cinco jóvenes sevillanos tuvieron relaciones sexuales consentidas o sea que califican los hechos como abuso sexual continuado pero excluyendo expresamente la violencia y la intimidación. Supongo, que la RAE deberá cambiar la definición de la palabra violación, a partir de dicha sentencia, para vergüenza de mujeres y hombres.