«No»: es una frase completa, no es necesario añadir nada más. Aunque, muchos hombres no alcanzan a entender el «no» de una mujer. No es no, y hay una sola forma de decirlo: No. Sin admiración, sin interrogantes, ni puntos suspensivos. Se dice de una sola manera, no necesita justificaciones y explicaciones, no deja puertas abiertas. No es no, porque no. Porque solo, cuando sabes decir no, puedes decir si. Las mujeres eligen con quien quieren estar, son libres para decir si o para decir no. Cuando dicen si, es si, y cuando dicen no, es no.
Las mujeres tienen derecho a vivir una vida libre de acoso y de violencia, merecen el respeto como personas. Cuando dicen no, es no. Si no hay deseo, si no hay ganas, si dicen que no, es que no. Somos los hombres que debemos entender que no es cuestión de insistencia y perseverancia, que las mujeres no son cosas, ni son propiedad de los hombres y que el rechazo no supone una excusa para emplear la violencia. Los hombres tienen que aceptar que si una mujer no quiere, no puede hacer nada más que respetar que no quiere. No quiere, y punto. Ese es el principio, para acabar con la violencia contra las mujeres.
Hoy 25-N, se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Una fecha dedicada a visibilizar y erradicar la violencia de género en todas sus formas y generar conciencia sobre las múltiples manifestaciones de violencia que enfrentan las mujeres, promoviendo políticas públicas que garanticen la seguridad y los derechos de las mujeres. «No»: es una frase completa, en una sociedad de igualdad, libre de violencia y desigualdades de género.
El número de mujeres asesinadas por violencia de género en España a día de hoy en 2024, presuntamente por sus parejas o exparejas, asciende a 41 y a 1.286 desde 2003, cuando se empezaron a recopilar estos datos. El número de menores huérfanos por violencia de género en España asciende a 32 en 2024 y a 465 desde 2013. No basta con minutos de silencio, el patriarcado sigue presente en la sociedad y lo que es peor, en los adolescentes, donde perviven los comportamientos machistas y sexistas. A esta sociedad le cuesta avanzar en igualdad, porque los hombres ven cuestionado su papel y utilizan la violencia para conservarlo. Además, de partidos de ultraderecha que atacan al feminismo y los derechos LGTBI, para conseguir atención y espacio mediático para ir en contra de la igualdad.
«No»: es una frase completa, que cuando lo dice una mujer tiene todo el significado y que los hombres deben de aceptar. El sí o el no están condicionados a lo que se piensa o sientes en ese momento. Las personas podemos cambiar el sí inicial por un no. Y no pasa nada. No se debe cuestionar… Pero, parece que hay hombres a los que les cuesta entenderlo. La normalización de la violencia sexual en diversos grados se la llama “cultura de la violación”, donde las chicas y mujeres tienen que asumir que pueden ser agredidas o sometidas a abusos aunque no lo deseen, donde los hombres creen que las mujeres son un objeto y que tienen que conseguir como sea. No aceptan un no, y cuando lo reciben usan la violencia contra la mujer. Una sociedad que convierte a los agresores en víctimas y culpabiliza a las verdaderas víctimas.
Cuando una mujer dice “no”, no tiene que dar más explicaciones, ni justificarse a la negativa. «No»: es una frase completa. El consentimiento es un derecho de la mujer, cuando es otorgado libremente, sin presiones ni miedos. El problema de la violencia contra las mujeres, se hace manifiesto todos los 25 de noviembre, poniendo el foco en la violencia machista como la violación, agresiones físicas y asesinatos de mujeres e hijos. Cada vez es más necesario que los hombres entiendan que es necesaria la educación para erradicar el machismo, para conseguir la igualdad, para aprender que el consentimiento es necesario. Para que nunca esta sociedad legitime y normalice cualquier agresión contra las mujeres.