Los expresidentes son como jarrones chinos.

expresidentes jarrones chinosLos dos expresidentes del Gobierno de España Felipe González, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y José María Aznar, del Partido Popular (PP), son dos personajes opuestos ideológicamente y adversarios acérrimos durante años, que comparten el legítimo derecho de los expresidentes a opinar y la vanidad de seguir influyendo en el rumbo del país. Fue Felipe González el que dijo que: «Para mí, los expresidentes son como grandes jarrones chinos en apartamentos pequeños. Se supone que tienen valor y nadie se atreve a tirarlos a la basura, pero en realidad estorban en todas partes”. Los dos principales jarrones chinos de la política española González y Aznar siguen con sus intrigas sin que “nadie sabe bien dónde ponerlos y todos albergan la secreta esperanza de que, por fin, algún niño travieso les dé un codazo y los rompa».

Ambos como expresidentes se han aprovechado de los privilegios de una jubilación pagada por los contribuyentes, han cobrado en consejos de administración de empresas que sus gobiernos supervisaron en su día. Y, a ambos le gusta recordar esa España de antes como gran reivindicación personal, para atacar ambos al Gobierno de Pedro Sánchez. Quizás Felipe González fue mejor líder que Aznar, pero como expresidentes son prescindibles los dos. Mistificando el pasado y adoptando un sesgo totalitario, olvidando que ambos con sus omisiones y su consentimiento contribuyeron a tener dos partidos llenos de corrupción. Su vocación es más de magisterio que de balance. Ahora se permiten opinar sobre asuntos, como si la cosa no fuera con ellos, con una impostada distancia y con una amnesia propia de la edad.

Plantean un análisis realista de la situación, admitiendo el hecho de que se está produciendo un proceso de descomposición progresiva del aparato de poder, de la democracia y de la unidad de España. Donde tanto González como Aznar se ven como necesarios, para sus partidos y para España, con la convicción de que son capaces aún de generar credibilidad, de movilizar emociones y de ayudar a la derogación del sanchismo. Cuando son dos jarrones chinos que aún nadie les ha dado un codazo y los ha roto. En estos pasados días, Felipe González en la presentación del libro de Alfonso Guerra se dedicó a atacar a Pedro Sánchez y más parecía un defensor de Feijóo en su investidura, que un miembro histórico del PSOE. Y, José María Aznar en su intervención inaugural del Campus de la FAES, cuya fundación es presidente, llamó a ocupar la calle contra la amnistía. Dos jarrones chinos, desconocidos para muchos jóvenes, por razones de edad, que se dedican a vivir de las batallitas del pasado y que solo persiguen medrar y tener un protagonismo que la España del presente y del futuro no necesita.

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