Judicialización política.

En un régimen democrático es habitual que las disputas políticas entre partidos políticos se resuelvan en elecciones. Sin embargo, muchas disputas no se solucionan con las elecciones y se intenta buscar soluciones con la judicialización política, tomando el Poder Judicial decisiones relevantes que impactan sobre el escenario político. Entra en escena este término tan de moda el “lawfare”. Que consiste en el uso indebido de instrumentos o procedimientos jurídicos junto a una gran cobertura mediática para ejercer presión sobre la opinión pública. De este modo se socava la democracia, poniendo en duda sus actuaciones y forzando procedimientos legales. Cuando hablamos del poder judicial, es un poder del Estado que abarca múltiples instancias y niveles decisorios que implica que puede haber exceso de protagonismo y presiones externas, tanto políticas como de medios de comunicación.

La utilización arbitraria, sesgada y abusiva de procedimientos jurídicos contra adversarios políticos, está quitando protagonismo a la disputa política en una democracia desacreditada. La judicialización política por la relevancia, resta importancia a las decisiones libres y democráticas de los ciudadanos. No siempre es sencillo trazar una línea divisoria entre el poder legislativo, el ejecutivo y el judicial. El lawfare no debe servir para cambiar las decisiones democráticas. La palabra Lawfare es la combinación de las palabras inglesas «law», que significa ley, y «warfare», que significa guerra. El lawfare hace referencia al uso del derecho como arma de guerra. El lawfare es comparable al uso estratégico de procesos legales destinados a crear impedimentos a los oponentes políticos.

Lawfare es el uso de la ley y los procedimientos legales por parte de los componentes del sistema de justicia para perseguir a cualquiera que sea declarado enemigo. Así, el sistema legal es manipulado para dar apariencia de legalidad a la persecución de opositores. Partiendo de una mentira o de un interés espurio, las leyes y procedimientos legales comienzan a ser utilizados  como forma de persecución a quienes fueron elegidos como enemigos. Donde entran instrumentos de condena a priori, de desestabilización ética, moral y política, todo asociado al efecto mediático. Un usurpamiento del Estado contra el Estado para privar al Estado de la libertad política y la democracia.

El uso político de la justicia relacionando lo jurídico con lo mediático, con el objetivo de hacer cambiar la opinión pública. Lawfare es la estrategia de hacer un mal uso de la ley como sustituto de un golpe de Estado. Es lo opuesto a la búsqueda de justicia, presentando demandas fake y el mal uso de procesos legales para intimidar y frustrar los logros de la ciudadanía. La judicialización política es el peor enemigo de la democracia.

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