El ventilador de la mierda es una forma de hacer política, una forma de desviar la atención de un tema, dejar de enfrentarse a las críticas, en definitiva, de hacerse menos visible. Siempre se enciende el ventilador para esparcir y salpicar la mierda a los demás. El ventilador se utiliza mayoritariamente en el campo de la climatización, insufla aire limpio que genera corrientes de aire para ventilar o refrescar, todos sabemos que si hay polvo lo levanta y lo mueve, esa es la teoría del ventilador en política. Lo emplean todos, pero el Partido Popular conoce y practica muy bien dicha teoría, para ellos hay dos verdades la suya y la de todos los demás. Si no son capaces de convencer con su verdad, intentan ensuciar al resto de partidos.
En política, cuando no existen argumentos, se pone en marcha el ventilador de mierda o se aplica el «y tú más», para defenderse de las críticas y acusaciones. El PP siempre ha empleado la misma estrategia de sembrar dudas sobre el resto de partidos, embargando, insinuando sin pruebas o simplemente atacando. El caso Gürtel, la operación Kitchen; el caso Púnica y el caso Lezo, ambas por la corrupción madrileña; el caso Erial, que afectó al expresidente valenciano Eduardo Zaplana; el caso Matas, del expresidente de Baleares Jaume Matas, entre otros.
Lo hicieron con el siniestro, ocurrido el 26 de mayo de 2003 en Tabzon (Turquía), donde fallecieron 62 militares que regresaban a España junto a doce tripulantes ucranianos y un ciudadano bielorruso, que regresaban de una misión de paz. Donde todo se basó en mentiras: ni era un buen avión, ni las identificaciones de los cadáveres se realizaron correctamente.
Pasó con el atentado del 11 de marzo de 2004, con las bombas, colocadas por un grupo de yihadistas que causaron 192 muertos y cerca de 2.000 heridos. Donde pocos días después se celebraron en España, y el Partido Popular, que llevaba ventaja en las encuestas, perdió el poder. Y, donde el PP barajó la posible autoría de ETA, desatando la teoría de la conspiración.
Se empleó el ventilador el 2017, con la contabilidad B del PP, cuando desfilaban todos los tesoreros del PP imputados por la financiación ilegal del partido y la destrucción de los ordenadores de Luis Bárcenas, y se atacaba al PSOE, Podemos y Ciudadanos por financiación ilegal.
El efecto ventilador se ha querido poner en marcha en la catástrofe por la DANA en Valencia, el PP después de no aceptar las deficiencias de la Generalitat Valenciana y más concretamente de Carlos Mazón en los avisos y su gestión, intentó culpabilizar al Gobierno de España, cuando la responsabilidad era del gobierno autonómico. El PP junto a la extrema derecha europea está intentando bloquear la candidatura a vicepresidenta ejecutiva en la UE de Teresa Ribera, por su desaparición y pésima gestión sobre la DANA. Siempre es más fácil culpabilizar a Ribera, que asumir su responsabilidad en la gestión, por parte de Mazón. Dispuestos a arriesgar la estabilidad de las instituciones europeas y bloquear a la candidata elegida por la presidenta del organismo y miembro del propio Partido Popular Europeo, Úrsula von der Leyen y favorecer a la extrema derecha.