Una Vicepresidencia es un cargo político.

La estructura organizativa de la Generalitat Valenciana se compone del titular de la Presidencia de la Generalitat, de la Vicepresidencia o Vicepresidencias, en su caso, y de los consellers y conselleras. Todos ellos, son cargos políticos. El nombramiento de una Vicepresidencia para la recuperación y normalización de Valencia es un cargo político, a cargo del President de la Generalitat Valenciana. En el titular de la Conselleria recae única y exclusivamente la competencia de proponer y cesar miembros, la obligación de dar cuentas a Les Corts de la planificación estratégica y seguimiento de sus competencias, encomiendas de gestión, de acción concertada, del coste de los servicios públicos, de contratos públicos y privados, de ayudas y subvenciones… Todo esto es política.

El teniente general retirado del Ejército de Tierra Francisco José Gan Pampols, será vicepresidente de la Generalitat Valenciana y responsable de organizar y coordinar a todos los departamentos del Consell orientados al proceso de reconstrucción de la catástrofe ocasionada por la DANA. Cuando Gan Pampols reclama libertad para realizar un trabajo técnico sin instrucciones políticas, afirmando que: «Yo tengo una ventaja: no soy político, no espero nada de la política y en cuanto acabe me voy a mi casa que es donde más feliz soy», una afirmación de descrédito a la política, sin darse cuenta que desde el primer momento de su aceptación del cargo de vicepresidente de la Generalitat Valenciana, es un político dentro del Consell y bajo la autoridad de Carlos Mazón. Una cosa es haber tenido una amplia carrera militar y otra muy diferente la pertenencia a la sociedad civil, que puede estar alejada de los partidos políticos, pero nadie es neutro y menos neutral. Y, menos un vicepresidente de un Gobierno, por mucho que se quiera presentar como un tecnócrata

Si en situaciones críticas hay que nombrar a dedo a un militar, es tanto como decir que los políticos sólo funcionan en situaciones normales o que no están preparados para afrontar situaciones críticas. Poner a un tecnócrata para que tome decisiones con sentido pragmático, es reconocer que la técnica puede ejercerse al margen de las ideas, lo cual no deja de ser peligroso, porque política es todo. Tan peligroso como afirmar que la gestión de la catástrofe por la DANA, tenía que ejecutarse desde el primer momento, con un mando único y militar.

La tecnocracia no es buena para la política, ni para la democracia, no podemos convertir los gobiernos con cargos públicos que no sean ocupados por «politicos», sino por profesionales especialistas en cada una de las materias de las que se trate. Ser un gran militar no capacita para una Vicepresidencia necesariamente, para liderar una Conselleria para la recuperación y normalización de Valencia, todo parece más una campaña de despiste o de marketing de Carlos Mazón.

Poner militares en los gobiernos de España, lo vivimos con el general Manuel Gutiérrez Mellado que fue vicepresidente primero del Gobierno para Asuntos de la Defensa y ministro de Defensa durante la Transición, que sirvió para la transformación de las Fuerzas Armadas tras el franquismo. Se pensó en un gobierno de concentración nacional acordado por el general Armada para pedir la investidura el 23 de febrero de 1981. Pero, ? es mayor la capacidad ejecutiva y de gestión de un militar ? ? Es necesario recurrir a un Gobierno de expertos como medida de emergencia ? Yo creo que no, y que ayuda a desprestigiar la política para la ciudadanía, donde se vende la idea de que un militar o tecnócrata, es capaz de hacer lo que no puede hacer la política tradicional.

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  1. Andrés Marco Lou

    Es curioso que el primer nombramiento de un militar sea otro militar. Tras el anuncio del nombramiento del teniente general del Ejército de Tierra, Francisco José Gan Pampols, como nuevo vicepresidente para la recuperación y normalización de Valencia, incorpore como mano derecha a otro militar en la reserva, el general de brigada del Ejército de Tierra, Venancio Aguado de Diego, que ocupará la Secretaría Autonómica del gabinete del vicepresidente.

    Se puede caer en la tentación de convertir dicha Conselleria de «reconstrucción», en una Conselleria militarizada, cuando debería ser la más política, porque tan importante como lo que se hace, es también su relación con el resto de Consellerias, Gobierno de España, organismos, empresas privadas,… Es decir, hacer política.

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