Desde el emperador Julio César o Napoleón, pasando por Hitler, Stalin o Franco, a Donald Trump o Elon Musk coinciden en tener un estado psicológico conocido como el complejo de Mesías. Se refiere a la figura religiosa del Mesías, que en muchas religiones es considerado un redentor que viene a salvar a la humanidad. Donde el individuo cree ser o estar destinado a ser un salvador, seres superiores cuyo único objetivo es que solo sus propias acciones pueden mejorar el mundo, alcanzan su propia gloria y confían plenamente en sus capacidades y en su propio destino. Un patrón de comportamiento que no sólo la padecen sus poseedores, sino quienes los rodean, porque llegan a creerse su virtud mesiánica y sus decisiones, gracias a una gran capacidad para seducir a los participantes del grupo. Personas con una sintomatología que incluye estados de euforia, irritabilidad, exceso de autoconfianza, negación de la realidad, caprichosos, tiránicos e incluso despóticos, no atienden ningún consejo y de una forma narcisista.
Estas personas con síndrome mesiánico ejercen una gran fascinación tanto entre sus adictos como entre sus enemigos, son especialistas en captar las debilidades de la gente para proporcionarles lo que necesitan y así atraerlos aún más hacia ellos, son populistas. Como todo mesianismo tiene una especie de connotación religiosa, donde sus adeptos los ven como un salvador que les promete el paraíso y se dejan manipular. El complejo de mesías no debe confundirse con una verdadera vocación por ayudar a los demás, es la obsesión de que nadie es capaz de hacerlo, solo ellos pueden hacerlo. Las personas que creen que pueden «salvar» al mundo, a su raza o a su credo, son un peligro para la humanidad.
Desde el emperador Julio César o Napoleón, pasando por Hitler, Stalin o Franco, a Donald Trump o Elon Musk coinciden en tener un estado psicológico conocido como el complejo de Mesías. Se refiere a la figura religiosa del Mesías, que en muchas religiones es considerado un redentor que viene a salvar a la humanidad. Donde el individuo cree ser o estar destinado a ser un salvador, seres superiores cuyo único objetivo es que solo sus propias acciones pueden mejorar el mundo, alcanzan su propia gloria y confían plenamente en sus capacidades y en su propio destino. Un patrón de comportamiento que no sólo la padecen sus poseedores, sino quienes los rodean, porque llegan a creerse su virtud mesiánica y sus decisiones, gracias a una gran capacidad para seducir a los participantes del grupo. Personas con una sintomatología que incluye estados de euforia, irritabilidad, exceso de autoconfianza, negación de la realidad, caprichosos, tiránicos e incluso despóticos, no atienden ningún consejo y de una forma narcisista.
Estas personas con síndrome mesiánico ejercen una gran fascinación tanto entre sus adictos como entre sus enemigos, son especialistas en captar las debilidades de la gente para proporcionarles lo que necesitan y así atraerlos aún más hacia ellos, son populistas. Como todo mesianismo tiene una especie de connotación religiosa, donde sus adeptos los ven como un salvador que les promete el paraíso y se dejan manipular. El complejo de mesías no debe confundirse con una verdadera vocación por ayudar a los demás, es la obsesión de que nadie es capaz de hacerlo, solo ellos pueden hacerlo. Las personas que creen que pueden «salvar» al mundo, a su raza o a su credo, son un peligro para la humanidad.
El hombre más rico del mundo, Elon Musk, valorada su fortuna en 241.000 millones de dólares concentrada en la marca de coches Tesla, la empresa de satélites y cohetes SpaceX, la startup de inteligencia artificial xAI y dueño de la red social X , ha apostado por Donald Trump como próximo presidente de Estados Unidos y este le ha premiado con estar al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental, junto al republicano Vivek Ramaswamy, que se encargaran de aplicar reformas “drásticas” en el gasto público. Musk tiene una gran capacidad para influir sobre el ahora presidente electo, los dos Musk y Trump creen tener el futuro en sus manos, lo pueden todo, tienen la misión de salvar a la humanidad.
Dos personajes igualmente cuestionables, con el mismo complejo de Mesías, que representan la derecha más ultra, el capitalismo más neoliberal, que no creen demasiado en las instituciones, ni en la democracia. Un Trump que dice que será «dictador sólo el primer día» o un Musk que expresa su apoyo al partido de extrema derecha alemán Alternativa para Alemania (AFD) y diciendo que: “Solo AfD puede salvar a Alemania”. Estos dos «mesías» dirigirán el mundo a partir del 20 de enero de 2025, cuando Donald Trump será el nuevo presidente de los Estados Unidos y Elon Musk su mano derecha. El mundo está en peligro, por culpa de los enormes riesgos de los radicalismos, de los que se creen poseedores de la verdad, de los mesianismos.
La derecha radical, bien representada por Trump y Musk, que han conseguido un triunfo electoral, sin que se pueda cuestionar democráticamente, una gran parte de la masa social estadounidense cree sin cuestionamientos en las directrices de Trump, consideran enemigos a los que no comparten sus ideas, hacen de la política un asunto más emocional que ideológico, dispuestos a llegar a las mas atroces expresiones de odio y violencia por un discurso de buenos y malos, siempre el malo es el otro. Vivimos en un regresión política en todo el mundo, este será el nuevo mesianismo que dirigirá el destino del mundo. «Que Dios nos pille confesados«.
irma de inteligencia artificial xAI y dueño de la red social X , ha apostado por Donald Trump como próximo presidente de Estados Unidos y este le ha premiado con estar al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental, junto al republicano Vivek Ramaswamy, que se encargaran de aplicar reformas “drásticas” en el gasto público. Musk tiene una gran capacidad para influir sobre el ahora presidente electo, los dos Musk y Trump creen tener el futuro en sus manos, lo pueden todo, tienen la misión de salvar a la humanidad.
Dos personajes igualmente cuestionables, con el mismo complejo de Mesías, que representan la derecha más ultra, el capitalismo más neoliberal, que no creen demasiado en las instituciones, ni en la democracia. Un Trump que dice que será «dictador sólo el primer día» o un Musk que expresa su apoyo al partido de extrema derecha alemán Alternativa para Alemania (AFD) y diciendo que: “Solo AfD puede salvar a Alemania”. Estos dos «mesías» dirigirán el mundo a partir del 20 de enero de 2025, cuando Donald Trump será el nuevo presidente de los Estados Unidos y Elon Musk su mano derecha. El mundo está en peligro, por culpa de los enormes riesgos de los radicalismos, de los que se creen poseedores de la verdad, de los mesianismos.
La derecha radical, bien representada por Trump y Musk, que han conseguido un triunfo electoral, sin que se pueda cuestionar democráticamente, una gran parte de la masa social estadounidense cree sin cuestionamientos en las directrices de Trump, consideran enemigos a los que no comparten sus ideas, hacen de la política un asunto más emocional que ideológico, dispuestos a llegar a las mas atroces expresiones de odio y violencia por un discurso de buenos y malos, siempre el malo es el otro. Vivimos en un regresión política en todo el mundo, este será el nuevo mesianismo que dirigirá el destino del mundo. «Que Dios nos pille confesados«.