Regresión política.

Europa se derechiza. En Estados Unidos ha ganado las elecciones Donald Trump, un populista de derechas. En España, ganó las elecciones la derecha. Está claro que existe una regresión política, una involución que tiende a la derecha, al populismo e incluso a la extrema derecha. Quizás no es solo mérito de la derecha y mucho más un desmerecimiento de la izquierda, especialmente de la socialdemocracia en Europa que renunció a la reforma del capitalismo y de control  sobre el mismo. En tiempos de la «guerra fría», la socialdemocracia fue determinante en la creación de los Estados del Bienestar, entre 1945 y 1973 en Europa Occidental, triunfó el relato económico de la izquierda sobre el de la derecha.

Después llegó la «tercera vía», una socialdemocracia modernizada, una posición política centrista que intentó reconciliar la política de centroderecha y centroizquierda sintetizando una combinación de políticas económicas liberales y socialdemócratas. Apostando por el recorte del gasto público social, las privatizaciones, las liberalizaciones y las desregulaciones, la reducción de impuestos a las grandes fortunas. El objetivo final era lograr crecimiento económico y competitividad. Los partidos socialdemócratas empezaron a entenderse mejor con empresarios y financieros que con los trabajadores y sindicatos, se protegió a ciudadanos que eran inversores, emprendedores, y pequeños empresarios. Se comenzó a olvidar la clase obrera, que era su apoyo principal. 

La llegada de las crisis económica de la década de 1970, puso un período de estancamiento económico al auge económico que siguió a la Segunda Guerra Mundial. La recesión de principios de 1980, significó otra severa crisis económica, que tuvo sus orígenes en la crisis del petróleo de 1973 y la crisis energética de 1979. La recesión de principios de la década de 1990, causada por la política monetaria restrictiva promulgada por los bancos centrales. La recesión de 2009, debido al colapso del mercado inmobiliario de Estados Unidos y las hipotecas subprime. En 2020, la reducción de la economía mundial en más del 5% debido a la pandemia de covid-19.

Todo esto significó crisis económicas, bajo crecimiento económico, niveles de desempleo nunca vistos y altos déficits debido al elevado nivel de gasto público necesario para mantener los estados del bienestar. A la socialdemocracia, le acabó afectando, no supo encontrar su nuevo espacio político, ni aumentar el número de sus votantes. Las crisis económicas significaron un viraje derechista de la socialdemocracia y el fracaso de un modelo social y económico. Dejando huérfanas a las clases trabajadoras, lo que supuso un aumento del abstencionismo, falta de movilización y triunfo electoral de partidos conservadores. Solo cuando la izquierda está en la abstención rectifica y vuelve a recuperar sus valores, pero los olvida cuando gobierna. Y, acaba con la desilusión de sus votantes, los penalizan no votando, o incluso votando a partidos conservadores y de extrema derecha. Y, los que permanecen en sectores más dispersos y escorados a la izquierda.

Si la izquierda no puede cambiar nada relevante, habrá una regresión política hacia una política de reajustes sociales paliativos que hace la derecha. Una parte de la ciudadanía se ha cansado de temas de igualdad, de inmigración,… y quieren políticas económicas que les permita vivir mejor. Muchos sectores sociales desfavorecidos buscan opciones de protesta, de formaciones populistas de extrema derecha, pensando que es la mejor solución, a la vista está en muchos países de Europa, Estados Unidos o Argentina, que según el presidente de Argentina Javier Milei, ha dado un giro radical a la economía con su motosierra. La regresión existe, el peligro de los intransigentes es patente, sin embargo la izquierda sigue sin reaccionar, con sus complejos, sin unirse y sin defender los derechos de la clase trabajadora. Quizás, mañana será tarde, para poner soluciones, para intentar que la regresión política no nos haga retroceder en el tiempo y en la pérdida de derechos adquiridos.

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  1. Andrés Marco Lou

    La regresión política tiende al populismo, a transmitir el mensaje que la mayoría quiere escuchar, deslegitimando el Estado de Derecho, la democracia, diciendo mentiras, manipulando, desprestigiando todo, con líderes que se colocan por encima de las instituciones, que hablan de su debilidad. Buscando la polarización de la sociedad, el enfrentamiento, el odio, el modelo de buenos contra malos, Una narrativa simplista con teorías de conspiración, pero que cada vez tiene más adeptos.

    La izquierda ha perdido el movimiento obrero, un fenómeno social y político en el cual los trabajadores y las trabajadoras de las fábricas buscaron mejoras en sus condiciones laborales y la consecución de derechos y libertades políticas. Ahora, esos trabajadores ya no votan y si lo hacen buscan la ultraderecha o la derecha como solución a sus problemas económicos o sociales, ¿ Pueden todos ellos, estar equivocados ?

    Quizás la respuesta está en la izquierda. Dice un viejo dicho que: «Quien a los 20 años no es socialista es que no tiene corazón, quien a los 40 sigue siendo es que no tiene cerebro», Yo, no creo que sea cuestión de edad, es cuestión de que tus problemas, tus necesidades sean solucionadas. Y, de momento la izquierda no lo hace…

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