Human Rights Watch, organización no gubernamental defensora de los derechos humanos, ha presentado un completo informe de 154 páginas: «Desesperados, hambrientos y sitiados: el desplazamiento forzoso de palestinos en Gaza» que recoge los «crímenes de lesa humanidad» ejecutados por Israel, denuncia el desplazamiento forzado de la población civil y acusan a las autoridades de Israel de llevar a cabo una limpieza étnica en la Franja de Gaza.
Human Rights Watch destaca que 1,9 millones de residentes de la Franja de Gaza, el 90% de la población, han sido desplazados. La comunidad internacional debería condenarlo como crímenes de guerra de lesa humanidad y presionar por medio de sanciones y otras medidas para que ponga fin a esta situación.
Israel no puede basarse en la presencia de miembros de Hamás para justificar el desplazamiento forzado, generalizado, sistemático e intencional y constituye un crimen de lesa humanidad de civiles equivalente a una limpieza étnica. Según las agencias de la ONU han acusado a Israel de restringir cada vez más la ayuda humanitaria en Gaza, desde que comenzó el conflicto, el 7 de octubre de 2023, más de 43.500 personas han muerto y el 86% de la infraestructura civil ha quedado destruida, según datos del gobierno gazatí, que controla el grupo islamista Hamás.
Mientras, Israel intensifica sus ataques en otro de sus frentes: Líbano. Más de 3.400 personas han muerto y casi 15.000 heridos, desde el ataque de Hamás a Israel, después del estallido coordinado de miles de «buscas» y «walkie-talkies» vinculados a Hezbolá. Israel trata de imponer una nueva realidad en Cisjordania y Gaza, el Líbano y el resto de Oriente Medio mediante el uso desproporcionado de la fuerza y una política de hechos consumados.
EEUU con la Administración Biden han instado a Israel a la contención, pero el primer ministro israelí Netanyahu ha desoído estos llamamientos, una y otra vez. Sin embargo EEUU ha reiterado su apoyo incondicional tanto a Israel como a sus operaciones militares, manteniendo el flujo de armas y sin hacer ningún tipo de represalia a Israel.
Tras la intensificación de los bombardeos israelíes para expulsar a los chiíes del sur del Líbano, el genocidio de Gaza, con el argumento de exterminar Hamas, nos queda Irán y el interés de Netanyahu por subir constantemente la apuesta por un conflicto regional.
Ahora, surge la incógnita de qué pasará con la presidencia de Trump, si Washington seguirá con el apoyo total de la Casa Blanca al Estado israelí, su negativa a exigir un alto el fuego, y su ayuda militar incondicional a Israel. O, por lo contrario reconsiderar las consecuencias de esta política nefasta para israelíes y palestinos, pedir el alto el fuego en Gaza, reconocimiento de la cuestión palestina y desactivar la regionalización del conflicto.
Pero, de momento Israel sigue con los crímenes de lesa humanidad, forzando el desplazamiento de la población, llevando a cabo una limpieza étnica, ante la pasividad de la comunidad internacional, que será una vergüenza para todos, cuando se estudie en los libros de texto, dentro de unos años. Al igual, que nos pasa ahora con el genocidio de la Alemania nazi.