El Arzobispado de Valencia, ha oficiado esta tarde la misa funeral por las víctimas de la DANA del pasado 29 de octubre. En España se echa en falta una mayor garantía del derecho de libertad de conciencia. Una misa funeral no es un funeral de Estado. No es un funeral que represente a todos, sólo a una mayoría y en el cual el presidente del Gobierno no está obligado a su asistencia. Se supone que es un funeral religioso en el ámbito privado, y que la asistencia es libre. Muchas veces la religión tiende a mezclarse con la política y el Estado.
España es en la actualidad, según lo dispuesto en el artículo 16.3 de la Constitución Española, un Estado aconfesional. Es parte del pasado la España católica del franquismo, su colaboración con el golpe de Estado del 18 de julio de 1936, definiendo la guerra como «una cruzada por la religión, por la patria y por la civilización», su participación con el franquismo, la beatificación de sus mártires en la Guerra Civil, el silencio que mantuvo ante la represión franquista y la entrada del dictador bajo palio en la iglesia. Ya no somos la España del Fuero de los españoles (1945) una de las ocho Leyes Fundamentales del Franquismo, que establecía una serie de derechos, libertades y deberes de todos los españoles: «Nadie será molestado por sus creencias religiosas ni el ejercicio privado de su culto. No se permitirán otras ceremonias ni manifestaciones externas que las de la Religión Católica.»
El nacional-catolicismo del franquismo fue la imagen del régimen, en el que Franco se consideraba a sí mismo como un hombre providencial elegido por Dios para la salvación de España. La Falange, la Iglesia y el Ejército fueron los tres pilares en los que el franquismo se apoyó durante casi cuarenta años de dictadura. La Iglesia cumplió el papel legitimador del régimen, obteniendo a cambio numerosos privilegios en la vida social, la enseñanza y la moral pública. Que se han seguido manteniendo durante la democracia, desde la posición de la Iglesia en la inhumación del dictador, hasta confundir un funeral de estado con una misa funeral.
Una misa funeral es una ceremonia privada para católicos, en la cual la asistencia es libre. En un Estado aconfesional un funeral de Estado debe ser respetando la pluralidad de religiones presentes en la sociedad. Al igual que el funeral de Estado por las victimas de la pandemia de covid-19, el 15 de julio de 2020, un acto de carácter completamente civil y aconfesional, desprovisto de contenido religioso. El precepto de asistir a misa obliga a los fieles católicos: los no católicos no estamos obligados. La fe es un acto personal y libre del individuo; debe ser el individuo el que acepte los argumentos de la fe, las razones del por qué creer; y es libre porque es él quien decide si esa fe lo vincula o no. En España hay libertad de conciencia, es necesario coordinar el ejercicio de las libertades individuales, en una sociedad pluralista, por medio de una garantía que proteja la tolerancia en materia religiosa.
Que no asista el presidente del Gobierno a una misa funeral, supone otorgar a ciertos hechos una entidad relevante y convertirlo en un tema de tema de conflicto, cuando es simplemente un problema de conciencia. Que no asista Pedro Sánchez a una ceremonia religiosa, no tiene más importancia que la testimonial, porque el Gobierno de España ha sido representado por la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero; el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres; la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant; y la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, además de la presencia de los reyes y políticos. diversas personas Felipe VI y Letizia. Convirtiendo un funeral religioso en un conflicto institucional, convirtiendo su ausencia, no en una cuestión de derecho de libertad de conciencia y de acofensionalidad del Estado, sino para que pudieran increpar a Pedro Sánchez. Hay personas que no respetan la tragedia de Valencia y de sus 222 fallecidos, utilizando cualquier tema para utilizarlo políticamente.