La Constitución Española de 1978 es el centro del sistema político y del ordenamiento jurídico de España. En ella se asientan las demás normas, los derechos fundamentales y las libertades públicas, los principios de actuación de los poderes públicos y la organización institucional y territorial del Estado.
El Jefe del Estado es la máxima autoridad de un país, su título determina la forma de Gobierno en cuestión: república si es un presidente o monarquía si es un monarca. Donde el principio republicano basado en la igualdad, de que cualquier ciudadano/a por elección pueda ocupar y por un corto periodo de tiempo el puesto de Jefe del Estado. Y, en contrapartida la monarquía, parlamentaria o no, que se basa en el privilegio de la consanguinidad, donde la monarquía es hereditaria, es decir, todos los monarcas provienen de la misma familia, y la corona pasa de un miembro a otro de la familia. El 12 de abril de 1931, se celebraron las elecciones municipales, que fueron un auténtico plebiscito entre monarquía y república. La monarquía ganó en nueve capitales de provincia, mientras que los republicanos lo hicieron en 39 provincias, incluidas Madrid, Barcelona y Valencia. En el plazo de cuarenta y ocho…
El 31 de octubre de 1978, el pleno del Congreso aprobaba el dictamen de la Constitución Española por 325 votos a favor, seis en contra y 14 abstenciones. Alianza Popular se partió en tres en esta votación: de sus 16 diputados, ocho votaron a favor, cinco en contra y tres se abstuvieron. El otro voto en contra fue de Euskadiko Ezkerra (EE), considerada la rama política de ETA político-militar. Pero, todos no votaron la Constitución, ni estaban de acuerdo con ella: la abstención del PNV y de Esquerra Republicana de Catalunya y el voto a favor de Minoría Catalana, lo que ahora conocemos por Junts. 46 años después, el PP apuesta por la defensa de la Constitución, mientras ERC, Junts, Bildu, PNV, BNG, Podemos y Vox, muestran su rechazo a la Constitución Española. El Gobierno y el partido UCD pusieron en marcha una intensa campaña en favor de la aprobación de la…
La gente tiende a aferrarse a lo que conoce porque teme cometer errores o no estar a la altura de las expectativas cuando se enfrenta a lo nuevo. La neofobia es un término que se utiliza para describir el miedo o la aversión incontrolables hacia lo nuevo. Hay dos tendencias en los políticos: los que están dispuestos a reformar la Constitución y los que por falta de confianza, por temor al cambio o simplemente por inmovilismo no quieren cambiarla. Es curioso que mientras se trata de defender la Corona y la unidad de España, la Constitución es incuestionable. Mientras que cuando se trata de derechos fundamentales, como el derecho a la vivienda o la libertad de expresión, la Constitución se debería cambiar. No se puede aceptar el inmovilismo como excusa para poner límites a las exigencias democráticas. Puede que muchos españoles estén de acuerdo en que hay que cambiar la Constitución española.…
Vivimos en una sociedad en la que juzgamos la diversidad, lo diferente o la discapacidad. Hablamos de integración o inclusión, pero el artículo 49 de la Constitución Española cita la palabra disminuidos. Porque la discapacidad no existe, existe la diversidad. A todas las personas, determinadas tareas nos suponen más esfuerzo y dificultad para llevarlas a cabo. Todos tenemos capacidades diferentes. Disminuidos, minusválidos, discapacitados o palabras más infames como mongólicos o subnormales, son palabras que deberíamos desterrar de nuestro lenguaje. Existen muchos tipos de discapacidad, posiblemente tantas como personas. Hoy 6 de diciembre se conmemora la celebración del Referéndum Constitucional de 1978, en el que el pueblo español aprobó por amplia mayoría la Constitución Española. Esperemos que sea el último año, en que la Constitución no hable de personas con diversidad funcional y simplemente hable de personas. No basta reformar la Constitución para sustituir "disminuidos" por "discapacitados". La palabra discapacidad significa que hay una limitación en alguna…
La Constitución es la norma suprema del Estado, que garantiza los derechos y libertades de los ciudadanos y que divide y organiza los poderes. Modificar la Constitución Española de 1978, es para adaptarla a la nueva realidad social y política, con nuevas ideas y valores, porque la redacción de la Constitución se enmarca en un momento histórico concreto. Para que determinados preceptos no se interpreten y se apliquen equivocadamente. No se puede entender que la legislación de hoy se tenga que adaptar a una Constitución de hace 43 años, porque no se puede legislar, gobernar o juzgar en contradicción con la Constitución. La Constitución Española de 1978 es rígida y especialmente protegida, cuya reforma es muy difícil, pero en principio a nivel teórico, no hay cláusulas de intangibilidad, es decir, declaraciones de que ciertos preceptos sean irreformables. Modificar una Constitución es una forma que consigan sobrevivir al paso del tiempo. Por ejemplo,…